Saturday 30 November 2019

¿Ya es hora de disolver la OEA? Dictadura en Bolivia?


¿Ya es hora de disolver la OEA? Dictadura en Bolivia?

La OEA (Organización de Estados Americanos) fue creada el 30 de abril de 1948 en Bogotá, a instancias del Departamento de Estado de los EE.UU.

Su objetivo era consolidar su dominio pleno en el continente americano, impidiendo a cualquier gobierno que desafiara su control la posibilidad de tener éxito social y político. Esa fue la esencia de su construcción y aún posee dicho objetivo.

Su historia es patética pues, exceptuando algunos momentos donde naciones soberanas pudieron defenderse, esta entidad de “cooperación hemisférica” auspició golpes de estado e intervenciones en Nicaragua, Cuba, Venezuela, Haití, República Dominicana, Chile, Honduras, entre muchos otros países, convirtiéndose en una institución cómplice de las agencias de inteligencia estadunidenses y reaccionarias en América Latina, sin cuestionar siquiera a la Escuela de Las Américas, órgano de preparación de acciones militares subversivas y centro de tortura a disidentes patrióticos.

El caso de Bolivia es tan patente de la felonía en que incurrió la OEA al encubrir que los comandantes del Ejército y la Policía de Bolivia, entrenados en la Escuela mencionada y el FBI, ayudaron a planear el golpe y garantizaron su éxito. Expertos que integraron comisiones para estudiar las elecciones señalaron el manejo político del informe auditoría OEA en Bolivia, especialmente al tomar el escrutinio provisorio, que no tiene validez legal, y no el definitivo.

En Bolivia no existe vacío de poder. Este lo posee en gran medida Estados Unidos a través de sus agentes encubiertos, países americanos sumisos al gobierno USA, las fuerzas policíaco militares y las élites de dicha nación, todos en una gran unidad propiciada por la OEA, maestro del Golpe de Estado. La represión post Evo, que lleva más de 30 asesinatos con miles de heridos y detenidos, muestra el verdadero rostro del gobierno de facto.

La otra situación es la correlación de fuerzas que puede cambiar la situación actual pues el Senado y Cámara, dirigidos por gente consciente del MAS (Movimiento al Socialismo), junto con los sectores movilizados de las clases trabajadoras y la presión internacional, podrían revertir lo ocurrido al crear una opción soberana, indigenista, plurinacional, culturalmente integrada y de equidad o justicia social que supere la infiltración extranjera neocolonial.

Al respecto de esta situación, conclusiones inalterables ratifican el papel de la OEA como artífice de la represión: todos los estudios confirman la falsedad de la OEA sobre un supuesto fraude electoral en Bolivia agravado por el informe engañoso y falaz realizado directamente por Almagro, con el absoluto apoyo de los países del Grupo de Lima (1), adelantándose tres días con el fin de alertar a Mesa y Camacho que no se debía aceptar segunda vuelta ni nueva elección, sino destitución ya que se había concretado el negocio de aceptación por los Comandantes de Policía y Ejército que aprobaban el Golpe. La OEA no cuestionó la violencia previa a la acción cruenta por las Fuerzas Armadas y de modo similar a Guaidó, la auto proclamada presidente de Venezuela, Jeanine Añez, lo hizo sin elecciones, apoyada por la inexistencia de medios de información objetivos impidiendo denunciar local e internacionalmente la tragedia. Es de señalar que la confabulación no sólo fue de EE.UU. con el Cartel de Lima-OEA, sino con la Unión Europea pues rápidamente Federica Mogherini, representante de la política exterior de la UE, apoyó el nombramiento de Añez como presidenta interina y el Presidente Trump se adelantó confirmándola. En adición, los mismos activistas denunciaron que según Twitter, en solo tres días se crearon más de 4492 cuentas con propaganda golpista. Cabe destacar que Almagro, actuando como empleado del Departamento de Estado de los Estados Unidos, cambió la fecha de la próxima elección en febrero al 20 de marzo esperando que el nuevo presidente de Uruguay no sea del Frente Amplio el cual lo expulsó de sus filas.

A partir del amparo de la OEA a este nuevo Golpe de Estado (2), se prospectan cuatro posibilidades que poseen los gobiernos soberanos en América respecto a este Ministerio Colonial de USA.
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La OEA en Bolivia: una Herramienta para el Imperialismo Estadounidense

Una, que los miembros verdaderamente democráticos y de resistencia popular se retiren de esta organización sumisa y obediente a las órdenes que emanan del Pentágono, por no tener sentido pertenecer a esta alicaída unión caracterizada por apoyar dictaduras y gobiernos represivos.

Dos, una reestructuración donde salga EE.UU. de su seno, incluido Canadá, dejando a América Latina discutir solos sus propios problemas y no aceptar nunca más la anti soberanía.

 Tres, permanecer todos allí acatando lo que diga USA, aunque con oposición discursiva e ineficiente de naciones soberanas.

Cuatro, disolverla y formar o hacer parte de organizaciones realmente soberanas que presten servicio de justeza social.

La reflexión final debe ser estudiar a profundidad la manipulación de las nuevas elecciones por el Tribunal Electoral y el manejo interno de la votación, así como saber a que compromisos secretos llegaron el jefe de policía y el comandante general del ejército con Estados Unidos para apoyar el golpe contra Evo Morales.  El delito de fraude no existió, pero el de usurpación de funciones es evidente. Ojalá que el fuerte rechazo de la CIDH a esta “masacre policial” de los manifestantes que apoyan al expresidente Evo Morales tenga algún respaldo occidental, ya que no es de estas orientaciones trabajar por la justicia social. El destino del pueblo está por verse ante la crueldad de los inquisidores.

(1) El documento titulado “Evidencia en contra de que los votos fraudulentos hayan sido decisivos en la elección de Bolivia en 2019”, concluyó que se registraron presuntas irregularidades estadísticas en 274 de las 34.551 mesas de votación, lo que no se diferencia mucho de otros patrones vistos en comicios de Honduras, Turquía, Rusia, Austria y Wisconsin. A través de su cuenta en Twitter, el científico argentino Rodrigo Quiroga concluyó que "ni la OEA ni nadie pudo corroborar que haya habido fraude en las elecciones del 20 de octubre".

Por: Carlos Santa María.