En
la era de la globalización se está transitando hacia una nueva forma de
acumulación, que algunos lo denominan como “Capitalismo de Inteligencia
Artificial” y otros como Data Capitalismo. La red 5G y su ‘big data’,
es la nueva bomba nuclear que cambiará la manera de ver el mundo y
revolucionará el capitalismo con eso que ya se denomina “inteligencia
artificial”, lo que conlleva el desarrollo de nuevos “mercados o
micro-mercados”. Esta es la bomba que ya tiene desarrollada el Gobierno
chino de Pekín y muestra cómo Estados Unidos puede estar siendo
sobrepasado.
Podemos preguntarnos hacia donde se desarrolla esta nueva tecnología: si fortalecerá el capitalismo de la Inteligencia Artificial o estimulará la transición hacia nuevas relaciones de producción social, con tecnologías fuertemente desarrolladas pero cada vez más orientadas hacia el desarrollo de una nueva formación social que tiene la potencialidad de volcarse al servicio de necesidades sociales reales y comunitarias-colectivas. Es básicamente una pugna entre las grandes empresas transnacionales con sus redes globales, por un lado, y los proyectos vinculados al surgimiento de una nueva formación social emergente multipolar que se está gestando alrededor de esa idea-fuerza que llaman la Nueva Ruta de Seda –NRS-.
Capitalismo de Inteligencia Artificial vs Nueva Formación Social poscapitalista
Wim Dierckxsens y Walter Formento
Guerra comercial o Guerra de ´Big Data´
En la era de la globalización se está transitando hacia una nueva forma de acumulación, que algunos lo denominan como “Capitalismo de Inteligencia Artificial” y otros como Data Capitalismo. Su origen y desarrollo debe analizarse históricamente a partir del anclaje estadounidense en el complejo industrial y militar desde la posguerra. El acopio de datos y el capitalismo de vigilancia se desarrollan primero en el marco de la guerra fría desde 1950 y tiene su relación con el complejo militar/industrial norteamericano. La “guerra psicológica” a partir de datos cobra aquí una centralidad inusitada.
En la actualidad la pugna por el liderazgo en el 5G es una pugna por los datos, estos son los verdaderos motivos que subyacen en la guerra comercial que Washington mantiene con Pekín, dado que la empresa china Huawei ha tomado la delantera en el desarrollo del ´big data´. Estados Unidos recela de la marca china, a la que acusa de posible espionaje que dejaría ya de ser monopolio norteamericano. El origen y desarrollo de la empresa Huawei también lleva una raíz militar indiscutible. Su fundador, Zhengfei fue miembro del Ejército Popular de Liberación durante décadas. En 1982 se radicó en la provincia de Shenzhen cerca del mayor centro financiero de Asia, Hong Kong. Cinco años después concretaría su sueño y hoy amenaza con superar tanto a Washington como a Londres.
Trump y su gobierno plantean para los propios norteamericanos, y en tiempos preelectorales sin mayor desarrollo ni fundamento, la idea de la supuesta “amenaza China” a su seguridad nacional. Pero en Osaka-Japón, durante la Cumbre del G20, Trump no tuvo problemas en afirmar que no existe tal amenaza. Además, que EEUU podría seguir vendiendo a Huawei productos que la empresa emplea en su cadena de valor en muchos productos pero no será en todos, afirmaba Trump. No es difícil imaginarse a cuáles productos se refería el presidente.
La agencia encargada de cibernética (CISA) en el Departamento de Seguridad Interior dijo que Estados Unidos debería ser cuidadoso de los drones fabricados por China. Porque podrían contener componentes que pueden comprometer su información y compartirla con servidores ajenos a su compañía. Steve Banon, (ex) estratega de Trump, ha sostenido que atacar a Huawei es lo más importante para lograr el proyecto de ´Make América Great Again´. Trump señaló que Huawei continuará en la lista negra (Entity List). El verdadero objetivo es impedirle a China, o retardar, todas sus capacidades de crecimiento y de proyección a través de la Nueva Ruta de Seda en el amplio sentido de la palabra.
Esto es lo que verdaderamente importa en esta pelea más allá de las subas de tarifas aduaneras, que por cierto son cuantiosas. Trump no tuvo reparos en no imponer aranceles adicionales sobre productos chinos. Dejando en claro que la Guerra Comercial no es el motivo real del conflicto entre ambos países sino una especie de guerra fría digital. EEUU muestra particular resistencia a que los avances chinos, y en primer lugar de Huawei en el desarrollo del servicio 5G, se instalen en Occidente. Putin afirmó en el foro económico de San Petersburgo que los intentos de excluir sin más a Huawei de los mercados internacionales pueden calificarse como la primera guerra tecnológica de la época digital.
La agencia Bloomberg, al hablar de “guerra fría digital” y de “cortina de hierro digital”, señaló que China como respuesta aceleraría su propia industria de tecnología informática para disminuir, en las cadenas de valor, su dependencia de insumos importados. En este contexto trascendió que en junio ya tenía activo un reemplazo propio de Android en sus teléfonos. En otras palabras, el avance chino y la nueva formación social emergente en construcción no se detendrán, más bien tienden a independizase cada vez más del Occidente anglosajón.
Capitalismo de Big Data o nuevas formas sociales de producción
La red 5G y su ‘big data’, es la nueva bomba nuclear que cambiará la manera de ver el mundo y revolucionará el capitalismo con eso que ya se denomina “inteligencia artificial”, lo que conlleva el desarrollo de nuevos “mercados o micro-mercados”. Esta es la bomba que ya tiene desarrollada el Gobierno chino de Pekín y muestra cómo Estados Unidos puede estar siendo sobrepasado. Eso es lo que sabe el Gobierno de Trump. De hecho, el gobierno chino tiene completamente claro que la red 5G es una de las armas principales que tiene para ganar la actual guerra comercial.
En el fondo, el problema no es solo que los teléfonos de Huawei espíen a otros gobiernos y personas. Además tiene que ver con las disputas de poder en la actualidad, ya que quién controle la red 5G controla el proceso de la producción social, económica y política. La cuestión radica en que esta nueva plataforma va a llevar a internet a una nueva dimensión, “direccionando” con ello el futuro de la humanidad, una situación que también podría conllevar a la nueva formación social emergente, que bajo la iniciativa de Pekín, podría impulsar y sostener una transición multipolar hacia el postcapitalismo.
Podemos preguntarnos hacia donde se desarrolla esta nueva tecnología: si fortalecerá el capitalismo de la Inteligencia Artificial o estimulará la transición hacia nuevas relaciones de producción social, con tecnologías fuertemente desarrolladas pero cada vez más orientadas hacia el desarrollo de una nueva formación social que tiene la potencialidad de volcarse al servicio de necesidades sociales reales y comunitarias-colectivas. Es básicamente una pugna entre las grandes empresas transnacionales con sus redes globales, por un lado, y los proyectos vinculados al surgimiento de una nueva formación social emergente multipolar que se está gestando alrededor de esa idea-fuerza que llaman la Nueva Ruta de Seda –NRS-.
El gran problema de la guerra “comercial” de Trump con enfoque proteccionista, especialmente contra Huawei por el dominio de las nuevas tecnologías, es la interdependencia de las cadenas de valor entre las dos mayores economías del mundo EEUU y China. Donde los daños provocados al otro siempre implicarán daños también asimismo, a las propias empresas proveedoras de EEUU. Bajo la presión proteccionista de Trump, distintos países han prohibido a la compañía Huawei suministrar componentes para el desarrollo de las redes 5G. Entre los países que aprobaron esta decisión se encuentra Australia, Japón y Nueva Zelanda. Estados Unidos ha estado impidiendo que Huawei venda equipos en su mercado. Mientras tanto Alemania, Reino Unido y la Unión Europea se encuentran analizando sin ningún protagonismo las acciones que llevarán a cabo. El dilema es que la Unión Europea Política está encorsetada por el Oeste, aunque los Empresarios de la UE Económica quisieran, luego de los diálogos con Xi Jimping, avanzar en entablar nuevos y mejores lazos con el Este, Asia-pacifico.
Trump tenía en claro que no podía afectar a las propias empresas norteamericanas en las cadenas de valor con Huawei. Por eso levantó en Osaka los impedimentos para vender insumos a los productos netamente civiles. Es llamativo en este contexto la visión de Xi Jinping hacia la nueva formación social en construcción (alrededor de la iniciativa de la Nueva Ruta de Seda –NRS-), cuando declaró en el foro económico de San Petersburgo, en presencia de Vladimir Putin, que China está dispuesta a compartir la tecnología 5G con todos sus socios pese a la desconfianza que genera su gigante de las telecomunicaciones Huawei, acusado de espionaje por Washington.
El Data Capitalismo un proyecto globalista en peligro
La tecnología 5G cobra una importancia vital en el ‘Data Capitalismo’ de corporaciones como Google, Facebook, WhatsApps, Isntagram y otras empresas globalistas. El G5 proporciona las condiciones técnicas para seguir avanzando en el Data Capitalismo que tiene su punta de lanza digital en el dinero electrónico (cripto-monedas) y en la robótica. Huawei es líder en esta tecnología y una de las firmas que más contribuciones técnicas ha aportado para que pueda ser una realidad concreta. Huawei ha desarrollado para la nueva formación social emergente alternativas a las plataformas dominantes de Occidente, con sus propias redes, en algunos casos superiores en calidad.
La tecnología 5G llegó para transformar las cadenas de valor de muchos negocios. La primera superpotencia que llegue a controlarla, como China , garantizará el dominio de la economía mundial, al menos por los próximos 30 años. El desarrollo del conocimiento tendrá otras dimensiones, en las que la superpotencia que acceda y controle esta tecnología será la vanguardia.
El 5G en la feria del año 2018 era tan solo un proyecto y en 2019 ya es una realidad. La capacidad de la 5G es por lo menos 10 veces más rápida que la actual 4G, materializando aún más lo que conocemos como el internet de las cosas. La automatización de labores de las casas, como cocinar o el manejo autónomo de los autos, por citar solo un par de ejemplos, podrán realizarse desde un celular. La empresa china One Plus ha presentado su primer teléfono móvil con 5G con mayor velocidad y que supone toda una revolución. Pero esto no es todo. Ahora también desde un Smartphone podremos minar la criptomoneda Ethereum, la segunda criptomoneda más importante del mundo. La idea la ha lanzado la compañía Wings Mobile a través de su terminal Wings X.
Muchas compañías de telecomunicaciones fuera de China cuentan en sus planes estratégicos con el apoyo de Huawei, hecho vetado a menudo por el gobierno de Trump. Tras años de desarrollo, conceptualización y estandarización, las redes 5G están desplegándose. Es una tecnología diseñada para mejorar las velocidades de conexión a internet, reducir a la mínima expresión la latencia -tiempo de respuesta de la red- y que, a su vez, generará un sinfín de oportunidades en todos los sectores.
Nadie duda de la eficiencia de los smartphones de Huawei y la fascinación que provocan. Su tecnología y sus cámaras son únicas. De hecho, la empresa china ha registrado hasta 2.570 patentes relativas al 5G, pero es que, además, ha llegado a firmar acuerdos con 40 operadores a nivel global. Huawei ha suministrado 70.000 estaciones base según estimaciones. La firma china, al día de hoy, cuenta con el 35% de la cuota de mercado en Europa, siendo uno de los tres principales proveedores de esta tecnología en la región.
China es líder indiscutible en 5G a nivel mundial como puede apreciarse en el gráfico arriba. Huawei figura en primer lugar y otra empresa china (Hisilicom) ocupa el tercer puesto. De factura europea, Ericsson y Nokia se sitúan razonablemente cerca de los aportes hechos por Huawei en materia del 5G, ocupando el segundo y cuarto lugar. La empresa Qualcomm de EEUU aparece recién en quinto lugar. Es decir, las transnacionales del Occidente anglosajón han quedado atrás. Esto constituye un fuerte golpe para el proyecto globalista, un impacto más grande incluso que para el proyecto proteccionista de Trump.
´Big Data´y la batalla por la nueva (cripto) moneda global
El dinero digital en la actualidad es cada vez más un fenómeno que se generaliza. Hoy las entidades bancarias tienen ya una applicación para realizar las transacciones. El dinero físico en cambio pierde cada vez más terreno en su uso y hay ya amenazas para que desaparezca del todo. La cripto-moneda hará su desembarco generalizado en un futuro no muy lejano con lo que los bancos podrían ser también historia. Lo anterior implica y supone una gran batalla geopolítica por la cripto-moneda.
En este contexto hemos de comprender cómo el fundador y director general de Facebook, Mark Zuckerberg, lanzó el 18 de junio de 2019 su propia criptomoneda: Libra. Es una criptomoneda respaldada por una serie de activos y opera sin tener referencia de soberanía alguna más que el propio conglomerado global de empresas trasnacionales que constituyo para lanzarla, porque no se relaciona con ningún Estado Nación ni banco central, sino que constituye un paso claro en la construcción globalista de un Estado más allá de las naciones y la utilizará a escala mundial sin “limites” ni compromiso con banco central alguno. Aunque si podría llegar a referenciarse en la BIS, el banco central de los bancos centrales, bajo control de los capitales financieros globales.
Cuáles podrían haber sido los motivos de lanzar precisamente en junio de 2019 esta cripto-moneda Libra, basada en Facebook. Veamos el contexto geopolítico. El 20 de marzo de 2019, la Reserva Federal de EEUU decidió mantener sin cambios los tipos de interés, dando una señal que no profundizaría la política de contracción monetaria. Las fuerzas globalistas tenían todo su interés puesto en la profundización de la contracción monetaria, elevando para ello las tasas de interés y esperaban que esto ´provocara´ una depresión mundial en plena campaña electoral presidencial en EEUU que impactara de modo negativo antes que se inicie el año 2020 y con ello “golpeara” duro al gobierno de Trump y en la reelección de éste. Cuando se conoce ya, que la intención de voto para la reelección de Trump se encuentra en un 64% positivo. De poder provocarse este golpe que lleve a la gran depresión, la caída del dólar sería inminente.
Los globalistas esperan en una coyuntura de crisis generalizada con bancarrotas a gran escala, poder ofrecer ´salvar´ la economía mundial mediante la introducción de una cripto-moneda bajo su control y sin dependencia de banco central alguno, que pasaría por encima de toda soberanía de cualquier Estado Nación incluso de EEUU, responsabilizándolo por la crisis.
En este marco, Donald Trump volvió a criticar la política monetaria de la Reserva Federal, a una semana de que el organismo celebrara su reunión de junio, y afirmo que los tipos de interés de la Reserva Federal eran demasiado elevados y que afectaban negativamente el crecimiento de la economía real. Por lo tanto, Trump avanzó en la amenaza de sustituir a Powell de la presidencia en la Fed si éste continuaba con la conspirativa contracción monetaria. La realidad es que después de estos “choques” de Trump contra el presidente de la Fed, este se inclinó por cambiar y volver a una política de expansión monetaria que podría dejar la “gran crisis” al menos hasta después de las elecciones. En las mismas, Trump podría ser reelecto como presidente por otros cuatro años más. Dicho resultado afectaría particularmente a los intereses globalistas.
Es en ese momento preciso que sale la criptomoneda Libra. Como una opción de poder ser utilizada a escala global. La Libra se cimienta en un blockchain (cadena de bloques) con 100 “nodos” seguros para validar y registrar las transacciones. Blockchain es una suerte de registro público infalsificable que permite transferir monedas virtuales en forma rápida y segura. “Libra”, que es descrita como “una nueva moneda global”, fue presentada por la mayor red social del mundo como un medio de pago con el potencial de sacar de las sombras a las criptomonedas.
Esta moneda virtual será operada por la Asociación Libra, que está integrada por Facebook y otras 27 corporaciones, entre otras, por emisoras de tarjetas bancarias como Mastercard y Visa, compañías de transporte como Uber, Lift y otras transnacionales. Asociación Libra tendrá su sede en Ginebra, Suiza, país donde se radica casualmente también el Banco Central de los Bancos Centrales (El Banco de Basilea) del mundo manejado por las fuerzas globalistas. La asociación Libra será la única entidad capaz de crear (”acuñar o quemar”) la moneda digital (diferente a las otras cripto-monedas) manteniendo de este modo un control igual que un banco central. Podrán hacer emisiones sin límite. Libra estaría respaldada por una reserva de activos que podrán ser una canasta de otras monedas pero no por oro, es decir sin garantía de respaldo. Lo anterior la somete a volatilidad, pues al fin de cuentas es otra moneda fiduciaria sin garantías ni respaldo en oro, al igual que el dólar y las monedas fiduciarias en general en este momento. Libra si tiene el proyecto de llegar a constituir una moneda global manejada por las fuerzas globalistas. Por el momento se estima que contará ya con un universo de dos mil millones de personas de todo el mundo que son usuarios de Facebook.
Mientras tanto Pekín ha buscado diversificar sus tenencias de oro ante la segura caída del dólar como moneda de reserva internacional hegemónica y está preparándose para un mundo de mayor incertidumbre. Las reservas globales de oro de los bancos centrales se dispararon en 651,5 toneladas en 2018, 74% más en comparación con el año anterior, otro síntoma de la gran crisis esperada. Por lo mismo, los precios del oro han marcado un nuevo récord en junio de 2019 al alcanzar los 1.439 dólares por onza, su máximo en seis años.
Las fuertes inversiones en oro realizadas por Pekín para poder alejarse del dólar, muestran que China ha estado en los últimos años vendiendo progresivamente sus bonos del Tesoro de EEUU, disminuyendo sus tenencias desde 1,32 billones a finales de 2013 hasta 1,1 billones en abril de 2018. El oro ha estado superando a la mayoría de las diez monedas más líquidas del mundo desde que estalló la guerra comercial entre EEUU y Pekín. Este ha apostado por el metal precioso para “diversificar sus reservas”, reducir su dependencia de la moneda estadounidense y poder introducir oportunamente una cripto-moneda respaldada por oro, lo cual los globalistas no van a poder lograr. También en este campo la China multipolar lleva la ventaja sobre el Occidente anglosajón.
El capitalismo de ´Inteligencia Artificial´ y el sujeto colectivo
La sociedad de consumo basada en el marketing y los medios de comunicación están utilizando cada vez más el ´Big Data´ para llevar a cabo una guerra psicológica que conduce al control de conductas y la manipulación de las mismas. Más recientemente no solo se lo aplica en el mercadeo sino también en la política electoral como ha sido muy documentado para el caso de las elecciones en EEUU en 2016. Hay innumerables denuncias y evidencias de la manipulación de comportamientos realizada por Facebook y no solo en torno a las elecciones en EEUU. Con el Big Data se logra también ´organizar la toma de decisiones en el acto electoral´ hacia el candidato predeterminado, demonizando de mil modos y formas a las opciones reales que cuestionan el sistema neoliberal. No solo caracterizándolos política e ideológicamente como extrema derecha o izquierda como sucedía antes del Big Data, sin revelar que se trata de una población trabajadora harta de las políticas neoliberales. Los medios venden las elecciones como un poder democrático que solo lo es en su apariencia. El Big Data en el momento electoral opera habiendo construido una subjetividad emotiva, pre política y cognitiva en las masas, que asocia a sensaciones y sueños que construyen un vínculo entre uno y los otros donde emerge el “es como yo”, enfatizando el como yo soy y no como quien quisiera ser, o qué sociedad quisiera construir. Un: le gusta lo mismo que a mí, sufre por lo mismo que yo, se esfuerza lo mismo que yo, tiene una hija lo mismo que yo, le gusta el deporte lo mismo que yo, odia la burocracia y a los políticos los mismo que yo.
El modo de acumulación del llamado Capitalismo de Inteligencia Artificial basado en el Big Data está compuesto por: (a) Una materia prima de usadores del Internet; (b) Unos medios de producción consistentes en la Inteligencia Artificial, los algoritmos, la ciencia de los datos, etc.; (c) Productos predictivos que crean conductas inmediatas o futuras; (d) Un nuevo meta-mercado donde se comercian la predicción de comportamientos actuales y la posibilidad y realidad de modificar o controlar comportamientos.
Con la Inteligencia Artificial –IA- se desarrolla, gracias a los algoritmos matemáticos, que las máquinas aprendan imitando el aprendizaje humano. Esta manipulación de las conductas colectivas hace que la democracia actual, en esencia, pueda ser profundamente anti-democrática. Este capitalismo global tiende a que no haya “sujeto real de la política” sino solo una participación de individuos y colectividades con subjetividades e identidades manipuladas y “formateadas” para tal o cual ´consumo´ electoral e incluso religioso/político. La IA da forma a Dios incluso a través de los avances de la Era Digital de ahí la denominación de “Capitalismo de Inteligencia Artificial”.
El ´Capitalismo de la Inteligencia Artificial´ ha penetrado mucho en la religión y con fines políticos. El lugar más interesante del mundo desde una perspectiva religiosa no es el Estado Islámico o el Cinturón de la Biblia (el protestantismo evangélico en el Sur de EEUU), sino el Silicon Valley. Allí es donde los gurúes de la alta tecnología están elaborando para nosotros religiones [que] prometen todas las recompensas antiguas (felicidad, paz, prosperidad e incluso vida eterna) pero aquí y ahora, en la Tierra y con la ayuda de la tecnología IA, en lugar de después de la muerte y con la ayuda de seres celestiales.
Anthony Levandowski es un ingeniero que trabajó para Google y Uber, y fundó una iglesia. Concretamente, se proclamó ‘Decano’ del ‘Camino del Futuro’, una organización religiosa que, según sus estatutos, se centrará en la creación, aceptación y adoración de una Deidad basada en Inteligencia Artificial, desarrollada mediante hardware y software de computadora. Una IA se parece mucho no ya a Dios, sino a la religión organizada. En Alemania IA quiere revolucionar otra vez la cristiandad con un robot cura. “El Señor esté con vosotros”. “Y con tu software”
.
Retomando, no siempre resulte el ´producto predictivo´ como se ha mostrado en el caso del Brexit y en las elecciones presidenciales de 2016 en EEUU, es parte del momento en que nos encontramos en el despliegue de esta opción de “democracia de apariencias formateadas” que tiende a una monarquía financiera global que debe ser ocultada detrás de del circulo de su corte de funcionarios, CEO´s o Gerentes.
Este tipo de Inteligencia Artificial aplicada al mercado permite el desarrollo del micro-emprendedurismo, como un formato derivado de las herramientas que otorgan las Plataformas. Grandes consorcios globalistas (como Facebook, Uber, Google, Airb&b, etc.) subcontratan a microempresas e individuos en el último eslabón, mayormente para la recopilación de datos. Se genera así una red de microempresas dependientes de las Plataformas, ya que por su escala le sería imposible obtener una cantidad importantes de datos y desarrollar de manera autónoma estas tecnologías. Google es una de las corporaciones que más otorga este tipo de herramientas para que las micro-empresas/micro-emprendedores puedan crecer, eso sí desarrollando a Google.
Los consorcios globalistas en general no corren riesgos, siempre suelen ganar. Los riesgos más directos son para los “micro-emprendedores” o trabajadores independientes, hiperespecializados y proveedores de servicios o bienes atomizados que hoy en día son mayoría en la fuerza de trabajo de los menores a 40 años.
El peligro de la Inteligencia Artificial (IA), que avanza en una tecnología de propósito general, es que permanezca en manos privadas que sirven a los intereses de unos cuantos consorcios globalistas. Si la IA permanece bajo control de las fuerzas del mercado desembocará en forma inexorable en un mega-rico oligopolio de datos monetizables de multimillonarios que cosecharán la riqueza creada por los robots que desplazan la mano de obra, dejando un a su paso un masivo desempleo a su alrededor, generando una crisis no solo económica sino social y política. Sin importar que venga primero, la gran crisis económica con un crash bursátil o más bien la social y política a partir de la robotización, serán estos trabajadores independientes primero que nadie los que serán “arrojados a la calle” por el Capital Global, pero ya no para buscar trabajo sino para rebelarse como sujeto político colectivo contra este sistema globalista.
La economía de la nueva formación social multipolar en construcción bajo liderazgo de Pekín tiene la potencialidad de proveer una solución a la Gran Crisis venidera, si proyecta con la IA asignar, a partir de la recolección de mega datos desde las bases económicas, recursos mediante los análisis de macrodatos (big data) y si las robustas asas de retroalimentación (feedback loops) pueden suplir las imperfecciones, mientras se oriente a distribuir en forma equitativa la inmensa riqueza que crea en medio de una mega economía planificada y robotizada. La IA, entonces, bien puede ser desarrollada para el bien común de los pueblos; operar con los principios de inteligibilidad y equidad, respetar los derechos de la privacidad y nunca concederle el poder autónomo para dañar, destruir o manipular a la humanidad y a la naturaleza.
Este sujeto comunitario/colectivo si logra superar la enajenación con el producto, la alienación con su actividad creativa y el extrañamiento con su ser trabajador, pueblo y nacionalidad en lo pluriversal podrá avanzar para reivindicar otra sociedad, otra economía, otra política, otro mundo donde las grandes mayorías populares puedan ser humanos dignos.
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