"La verdad se acerca, y no puede ser detenida" Edward Snowden
En nuestra
comunidad un grupo minúsculo de utilitarias, en complicidad con el gobierno,
ministro de servicios sociales, ministro de justicia… son responsables por la destrucción
de familias Latinoamericanas. La misión
de estas feministas radicales, es controlar nuestras mentes con el objeto de
hacer llegar a nuestros hogares falsa información. Además son responsables de
la impunidad de los crímenes que el gobierno y sus instituciones, cometen a
diario en nuestras familias. A continuación para conocimiento público: Dr. Roland
Chrisjhon, denuncia la complicidad de los gobiernos de turno y sus ministerios.
También enumera los actos de salvajismo, sadismo, crueldad, tormento que las
iglesias criminales recurrieron para la aniquilación de niños aborígenes. Sugiero que revisen el reporte completo
de Dr. Roland Chrisjhon: "EPISODIO MÁS OSCURO DE LA HISTORIA DE CANADA.
EN LAS ESCUELAS RESIDENCIALES."
La lista de abusos identificados contra los niños por el
Dr. Roland Chrisjhon es la siguiente:
• Agresión sexual
• Inducción a realizar abortos en niñas embarazadas como resultado de haber sido violadas por personas con puestos de autoridad en las Escuelas.
• Quemar o escaldar a los niños.
• Atravesar las lenguas de los niños con agujas, a menudo dejándolas clavadas por extensos períodos de tiempo.
• Insertar agujas en otras regiones de la anatomía de los niños.
• Pegar a los niños hasta quedar inconscientes; pegarles hasta el punto de sangrar; pegarles hasta el punto de causarles serias heridas, permanentes o semipermanentes, incluyendo roturas de brazo, piernas, fracturas de cráneo o tímpanos destrozados.
• Usar aparatos eléctricos con niños inmovilizados.
• Forzar a niños enfermos a comer sus propios vómitos.
• No ofrecer atención médica para los niños que sufrían los efectos del abuso.
• Exposición sin protección alguna (como medio de castigo) a elementos naturales (nieve, lluvia y oscuridad), ocasionalmente prolongada hasta el punto de inducir condiciones de amenaza a la vida (congelamiento o neumonía).
• Encerrar a los niños en armarios (como castigo).
• Trabajo forzado.
• Forzar a niños a participar en palizas a otros niños.
• Actos sexuales forzados entre niños, mientras las autoridades observaban.
• Forzar a los que se orinaban en las camas a desfilar en público llevando las sábanas sucias sobre sus cabezas (extremadamente común).
La lista sigue y es interminable. Los objetos más comunes con los que los niños eran golpeados eran los siguientes:
• Cinturones de cuero y goma.
• Cinturones con tachuelas, clavos o cables incrustados.
• Guantes de boxeo.
• Tablas de madera.
• Ramillete de cinco cinturones.
• Palos y punteros.
• Látigos.
• Varas.
• Látigos de cuero anudados, riendas de caballo anudadas.
• Látigo de nueve colas.
Forzamiento a condiciones inhumanas.
• Inanición (como castigo).
• Nutrición inadecuada (niveles de nutrición por debajo de los estándares adecuados para el crecimiento normal y para la subsistencia.)
• Darles comida no apta para consumo humano.
• Servicios médico inadecuados.
Las Escuelas Residenciales se convirtieron en una auténtica pesadilla.
Los padres no sabían que cuando firmaban la solicitud para la admisión de sus hijos a las escuelas, estaban designando al director de la escuela como el custodio legal de sus hijos, aún durante las vacaciones de verano.
A los niños se les atraía para que subiesen a botes y avionetas sin conocimiento de sus padres, algunas veces para no volver a ser vistos. En otras ocasiones, los niños eran transportados en vagones de ganado de trenes en mitad de la noche.
Kookum Joan recuerda el trato que algunas de sus compañeras recibieron: “Había una silla eléctrica casera en la Escuela Residencial de Santa Ana en Fort Albany, Ontario. Era usada para presionar a pequeñas niñas a obedecer mediante tratamiento de golpes eléctricos”. También habló sobre dos tumbas que habían sido encontradas con restos de niños, lo que indica que el castigo eléctrico había llegado demasiado lejos.
La violación era muy frecuente en el sistema de Escuelas Residenciales de Canadá. ” A la edad de 11 años, Emily Rice dejó la Escuela Residencial Isla Kuber y para esa época ya había sido repeditamente agredida y violada por el padre Jackson y otros tres sacerdotes, uno de los cuales la roció con alcohol antes de violarla.
Según un testigo que no quiso dar su nombre:
“Yo ví a muchos niños pequeños golpeados y amarrados. Yo ví al Hermano cristiano despertar a niños pequeños y llevarlos a un cuarto donde los abusaba sexualmente. Yo ví a niños atados en un pilar del sótano.Eran empujados y pateados. Yo ví al Hermano cristiano usar un taco de billar para golpear a los niños en la cabeza si no se dejaban hacer sexo anal con él. A los niños les daban duchas frías y después eran atados.”
Funcionarios de la Comisión de La Verdad y la Reconciliación han confirmado la muerte de al menos 4.000 niños aborígenes en las Escuelas Residenciales. Prevén que la cifra se eleve a medida que se vayan investigando y revisando más registros. Muchos niños fueron enterrados en tumbas anónimas cercanas a las escuelas, porque el Gobierno canadiense no quería pagar para que los enviasen de vuelta a casa. En muchos casos, a los padres no se les dijo que pasó con sus hijos.
Algunos niños murieron como fugitivos y se congelaron en la nieve, tratando de escapar de sus agresores. Otros, que también lo intentaron, murieron ahogados y por congelación en ríos cercanos.
Algunos se suicidaron, incapaces de soportar la brutalidad de las escuelas.
• Agresión sexual
• Inducción a realizar abortos en niñas embarazadas como resultado de haber sido violadas por personas con puestos de autoridad en las Escuelas.
• Quemar o escaldar a los niños.
• Atravesar las lenguas de los niños con agujas, a menudo dejándolas clavadas por extensos períodos de tiempo.
• Insertar agujas en otras regiones de la anatomía de los niños.
• Pegar a los niños hasta quedar inconscientes; pegarles hasta el punto de sangrar; pegarles hasta el punto de causarles serias heridas, permanentes o semipermanentes, incluyendo roturas de brazo, piernas, fracturas de cráneo o tímpanos destrozados.
• Usar aparatos eléctricos con niños inmovilizados.
• Forzar a niños enfermos a comer sus propios vómitos.
• No ofrecer atención médica para los niños que sufrían los efectos del abuso.
• Exposición sin protección alguna (como medio de castigo) a elementos naturales (nieve, lluvia y oscuridad), ocasionalmente prolongada hasta el punto de inducir condiciones de amenaza a la vida (congelamiento o neumonía).
• Encerrar a los niños en armarios (como castigo).
• Trabajo forzado.
• Forzar a niños a participar en palizas a otros niños.
• Actos sexuales forzados entre niños, mientras las autoridades observaban.
• Forzar a los que se orinaban en las camas a desfilar en público llevando las sábanas sucias sobre sus cabezas (extremadamente común).
La lista sigue y es interminable. Los objetos más comunes con los que los niños eran golpeados eran los siguientes:
• Cinturones de cuero y goma.
• Cinturones con tachuelas, clavos o cables incrustados.
• Guantes de boxeo.
• Tablas de madera.
• Ramillete de cinco cinturones.
• Palos y punteros.
• Látigos.
• Varas.
• Látigos de cuero anudados, riendas de caballo anudadas.
• Látigo de nueve colas.
Forzamiento a condiciones inhumanas.
• Inanición (como castigo).
• Nutrición inadecuada (niveles de nutrición por debajo de los estándares adecuados para el crecimiento normal y para la subsistencia.)
• Darles comida no apta para consumo humano.
• Servicios médico inadecuados.
Las Escuelas Residenciales se convirtieron en una auténtica pesadilla.
Los padres no sabían que cuando firmaban la solicitud para la admisión de sus hijos a las escuelas, estaban designando al director de la escuela como el custodio legal de sus hijos, aún durante las vacaciones de verano.
A los niños se les atraía para que subiesen a botes y avionetas sin conocimiento de sus padres, algunas veces para no volver a ser vistos. En otras ocasiones, los niños eran transportados en vagones de ganado de trenes en mitad de la noche.
Kookum Joan recuerda el trato que algunas de sus compañeras recibieron: “Había una silla eléctrica casera en la Escuela Residencial de Santa Ana en Fort Albany, Ontario. Era usada para presionar a pequeñas niñas a obedecer mediante tratamiento de golpes eléctricos”. También habló sobre dos tumbas que habían sido encontradas con restos de niños, lo que indica que el castigo eléctrico había llegado demasiado lejos.
La violación era muy frecuente en el sistema de Escuelas Residenciales de Canadá. ” A la edad de 11 años, Emily Rice dejó la Escuela Residencial Isla Kuber y para esa época ya había sido repeditamente agredida y violada por el padre Jackson y otros tres sacerdotes, uno de los cuales la roció con alcohol antes de violarla.
Según un testigo que no quiso dar su nombre:
“Yo ví a muchos niños pequeños golpeados y amarrados. Yo ví al Hermano cristiano despertar a niños pequeños y llevarlos a un cuarto donde los abusaba sexualmente. Yo ví a niños atados en un pilar del sótano.Eran empujados y pateados. Yo ví al Hermano cristiano usar un taco de billar para golpear a los niños en la cabeza si no se dejaban hacer sexo anal con él. A los niños les daban duchas frías y después eran atados.”
Funcionarios de la Comisión de La Verdad y la Reconciliación han confirmado la muerte de al menos 4.000 niños aborígenes en las Escuelas Residenciales. Prevén que la cifra se eleve a medida que se vayan investigando y revisando más registros. Muchos niños fueron enterrados en tumbas anónimas cercanas a las escuelas, porque el Gobierno canadiense no quería pagar para que los enviasen de vuelta a casa. En muchos casos, a los padres no se les dijo que pasó con sus hijos.
Algunos niños murieron como fugitivos y se congelaron en la nieve, tratando de escapar de sus agresores. Otros, que también lo intentaron, murieron ahogados y por congelación en ríos cercanos.
Algunos se suicidaron, incapaces de soportar la brutalidad de las escuelas.
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