La educación cívica y la responsabilidad cívica deben enseñarse en la escuela primaria. - D. Brazile
El Gobierno ha eliminado todo rastro de Filosofía en la ESO, con un claro interés de seguir disuadiendo del pensamiento crítico a la clase trabajadora
En 2018, los partidos aprobaron por unanimidad la Proposición No de Ley para incluir un ciclo completo de Filosofía en Secundaria y Bachillerato, algo que ahora el Gobierno ha incumplido. La nueva ley educativa, la LOMLOE, si bien ha recuperado la presencia de la Filosofía como asignatura obligatoria en 2º de Bachillerato, ha eliminado todo rastro en la ESO. Ni siquiera ha sustituido la Filosofía de 4º de la ESO por Ética, como demandaba el profesorado. En su lugar, ha creado la asignatura de Valores Cívicos, que solo constará de una hora a la semana.
Desde la Red Española de Filosofía (REF) tachan de «flagrante contradicción» el hecho de que en la LOMLOE se haga referencia a la necesidad de fomentar la «reflexión crítica» mientras por otro lado «desaparece» la materia que potencia ese conocimiento. La REF también recuerda que el propio Pedro Sánchez aseguraba en 2015 que «la Ética es una parte fundamental del contenido curricular en la ESO para todos los alumnos y alumnas» y «la Filosofía, un saber fundamental».
Antonio Lastra Meliá, profesor de Filosofía en el Instituto Camp de Túria (Valencia) explicaba al diario elcierredigital.com que «la Filosofía es la asignatura que les permite cuestionar las cosas. Tienen un cometido, un temario y una finalidad. Les permite cuestionar incluso todos esos temarios y finalidades. Si esto desaparece, el alumno tendrá una disciplina menor y le faltará la capacidad para hacerse muchas preguntas. En el bachillerato actual ya es tarde».
Menos exigencia
Antonio Lastra explica que «cada vez es menor el peso de la Filosofía en el sistema educativo porque la educación cada vez es menos fuerte en todos los sentidos. La leyes educativas lo que hacen es reducir el nivel de exigencia del alumnado. Se le ofrece y se le pide menos. En ese sentido, la Filosofía es una asignatura fuerte, pues se trata de hacer pensar al alumno. Sin ella no serán personas preparadas para hacerse preguntas y ser críticas. No se les está haciendo un favor».
Las leyes educativas en este país siempre han ido orientadas hacia una memorización sistemática y una escasa conciencia crítica. Aun así, es cierto que asignaturas como Ética y Filosofía siempre han sido el rayo de luz entre esa tendencia al aprendizaje sin reflexión, acompañadas en ocasiones por un buen profesorado de Literatura o Historia —y otras asignaturas— que gusta de crear debate entre el alumnado sobre los diferentes temas que se abordan. Aunque lo especial de la Filosofía es que su único objetivo es ese, como refleja tan maravillosamente la serie de TV3 Merlí. Pero, como afirma Lastra, en los últimos años, las leyes educativas han ido orientadas hacia una menor exigencia al alumnado, lo que hace un flaco favor a las próximas generaciones.
El mejor esclavo no piensa
Educación en una Sociedad Decadente
Al contar con un sistema educativo descentralizado, las comunidades autónomas podrán ofrecer la asignatura como opcional en 4º de la ESO. A este respecto, el profesor Antonio Lastra afirma que «esto plantea más desigualdades entre los diecisiete sistemas educativos. Cuando desaparezca la materia de Ética fuerte, que va a ser sustituida por Valores Cívicos, el alumno no va a tener capacidad para reflexionar sobre cualquier cosa. Tendrá muchas materias, pero no la capacidad de relacionarlas y hacerse las grandes preguntas de la vida».
Aquí llega el gran interrogante: ¿acaso no se busca eso? Cuando hace unos años Albert Rivera y Ciudadanos en general proponían asignaturas orientadas al mundo laboral en detrimento de las Humanidades, ¿no era acaso su intención acabar con la reflexión? No es un secreto para nadie que no hay mejor esclavo que quien no sabe que lo es. Y no hay mejor trabajador que el que, a pesar de estar explotado, defiende a su empresa a capa y espada.
Si no estudias, no pienses
La reflexión crítica es el arma más poderosa contra la ignorancia, mucho más que poseer estudios superiores. Este hecho, por sí solo, no significa nada, pese a lo que habitualmente se cree. Una persona que haya estudiado Formación Profesional pero comprenda cómo funciona el mundo y se cuestione todo tiene las cosas más claras que quien haya estudiado cinco carreras aprendiendo de memoria y tomando automáticamente como cierto todo lo que pone en los libros.
Por esto quieren eliminar todo rastro de Filosofía antes de Bachillerato. ¿Para qué necesita una persona de 4º de la ESO que no tiene pensado cursar estudios superiores reflexionar sobre nada? Es más, sus estudios de Grado Medio o FP la llevarán antes al mercado laboral, donde lo que se espera es sumisión y aceptación automática. ¿Para qué necesita alguien con educación básica tener capacidad de reflexión?
Un favor al capitalismo
Cuando el profesor Antonio Lastra comentaba que, al exigir menos al alumnado, «no se le está haciendo un favor», cabría preguntarse: ¿a quién se le hace un favor en realidad? Precisamente a la patronal y al empresariado, que esperan ansiosos la llegada de nuevos recursos que ni siquiera conozcan sus derechos laborales, que no hayan oído hablar del Estatuto de los Trabajadores ni sepan que las mejoras se consiguen con unión, con huelgas y con cajas de resistencia —mecanismo que permite sobrevivir a las personas más vulnerables durante las huelgas—. Caramelitos para el capitalismo.
Por eso, aunque, sin duda, la asignatura de Valores Cívicos puede ser útil en el primer ciclo de la ESO, en 4º hay que dar un paso más, fomentar la conciencia crítica y el cuestionamiento de absolutamente todo lo que nos rodea, precisamente porque muchas de esas personas están ya cerca de terminar los estudios y enfrentarse a un mundo real cada día más salvaje y deshumanizado.
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