Tuesday, 2 November 2021

Las deudas acumuladas: Llegará el día en que nos cobren la cuenta por nuestra indiferencia.

                                          La Era del Capitalismo

Las deudas acumuladas
Llegará el día en que nos cobren la cuenta por nuestra indiferencia.


por Carolina Vásquez Araya: Habitamos un mundo cargado de intrigas y fantasías. Un mundo en el cual nos han enseñado que la solidaridad, la igualdad de derechos y la participación política no son los caminos para obtener el bienestar y la estabilidad que perseguimos. Por el contrario, hemos sido programados desde muy jóvenes para seguir las rutas trazadas por otros, cuyos intereses -adversos a los nuestros- nos alejan del centro medular de las decisiones que afectan a la sociedad. De ese modo, como un rebaño bien entrenado, ingresamos sin oposición alguna en un sistema capitalista deformado y deformante cuyos efectos sociales, económicos y políticos, son diametralmente opuestos a las posibilidades de alcanzar el desarrollo. Y lo hacemos convencidos de estar en el lado correcto.

La concentración extrema de la riqueza en nuestros países lleva un signo único: la corrupción. Es decir, la imposición de una forma de quehacer político y económico cuya característica es la falta de valores morales y humanos, como instrumento a favor de la marginación de los pueblos en los procesos de toma de decisiones, el empobrecimiento de la clase trabajadora y la exclusión de las mujeres y la juventud de los escenarios políticos. Esto ha garantizado la consolidación de sistemas de gobierno cada vez más reñidos con los valores democráticos, peligrosamente orientados a conseguir el poder absoluto.   

El afán de buscar respuestas a la necesidad de fortalecer a nuestros Estados y buscar los caminos del progreso -caracterizado por una importante dinámica iniciada por intelectuales, ideólogos y economistas durante las décadas de los años 50 y 60 del siglo pasado- terminó consumido por la fuerza de una Guerra Fría de increíbles recursos mediáticos, psicológicos y políticos, mediante la cual se estableció un sistema de explotación de nuestros patrimonios naturales y la imposición de una ideología de tercer mundo. A partir de ahí se comenzó a entorpecer todo intento de industrialización y desarrollo tecnológico de nuestros países, con el propósito de mantenerlos bajo un régimen de dependencia que hoy se manifiesta en los más bajos indicadores socioeconómicos, así como en una abrumadora caída de amplios sectores de la sociedad en la extrema pobreza.

En esa dinámica se han ido perdiendo voces; los monopolios televisivos, la transformación de los medios masivos de comunicación en reproductores del discurso oficial y de los núcleos de poder económico han privado a las sociedades de una de las bases fundamentales de la democracia, cual es la plena libertad de expresión y el derecho a la información sin restricciones. Los marcos jurídicos han ido derivando hacia la protección de estos sistemas de privilegios para terminar legalizando un juego ilegítimo de reciclaje político.

Mientras eso sucede, callamos. En una actitud cercana a la mansedumbre, nos quedamos paralizados observando esta caída libre en los abismos de la dictadura, esperando a que otros reaccionen y nos salven de la catástrofe. Gracias al discurso de los vencedores, hemos terminado convencidos de que solo existe la vía pacífica para recuperar lo poco que queda de institucionalidad y ni siquiera somos lo suficientemente lúcidos para comprender que esa institucionalidad ha sido la primera en declarar la guerra armada con represión, invasión de territorios, saqueo y eliminación física de comunidades enteras y de los contados líderes que podrían guiarnos hacia un renacer de la democracia.

Mas temprano que tarde, nos arrepentiremos por no haber reaccionado a tiempo, por haber permitido la consolidación de gobiernos y cúpulas económicas y políticas opuestas al desarrollo integral de nuestros países y al bienestar de nuestros pueblos; y, sobre todo, por permitirles legislar en contra nuestra a pesar de representar, en teoría, los intereses superiores del pueblo. La indiferencia de hoy es un generoso aval para nuestros enemigos.

Vamos en caída libre, sin red de protección ni conciencia del hecho…

 RNE nos echa la culpa a todos del calentamiento global

                                    El calentamiento global incide directamente en el índice de mortalidad                           

 RNE nos echa la culpa a todos del calentamiento global

Por Antonio Campuzano Ruiz: En este mundo, del que la Democracia tuvo que exiliarse hace tiempo, porque los muy ricos le hicieron la vida imposible; unos pocos toman las decisiones y la mayoría sólo tenemos la opción de cumplirlas o no (al precio que nos impongan). Repartir las culpas del expolio del planeta entre todos, ni es justo ni es verdad.

El Calentamiento Global reaparece en los medios, porque se ha reunido el G-20, que es un grupo formado por el Presidente USA y sus capataces. USA es uno de los países que más contamina, junto con China y la India. El acuerdo anterior para la conservación del medio ambiente se tomó en París y el Presidente Trump no lo firmó.

Ahora Biden, visita al Papa (¿para confesarse?, sólo el Pontífice perdona los pecados más grandes), y convoca esta cumbre sin India y China que son fundamentales (contaminan mucho y son potencias económicas), para sentirse emperador, imponer sus condiciones y dejar al margen a sus competidores.

Hoy, en el desinformativo de las 8h, RNE en vez de explicar estas cosas, miente pontificando que del Cambio Climático somos culpables todos. El sumario del desinformativo de las 14h, eligió una frase de Boris Johnson (Trump 2.0) que le echó la culpa a “la humanidad”. Este discurso que olvida mencionar a las grandes industrias, los monopolios de los combustibles fósiles y las trabas para usar energías renovables, por ejemplo, deja fuera de foco a los verdaderos culpables -lo que se llama crear “realidad mediática” (manipulación)- y puede ser comprensible en los medios privados controlados por la banca, pero resulta doloroso en los medios públicos que pagamos entre todos.

Fuente original: http://antoniocampuzano.es/2021/11/01/bulo-todos-somos-culpables-del-calentamiento-global/

Calle 13 - Latinoamerica

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