Wednesday, 22 June 2016

No, no es el gobierno de Maduro masacrando venezolanos, es el gobierno de Peña Nieto masacrando mexicanos en resistencia y dignidad.

¿En dónde está el mundo diciendo “Todos somos México” así como hace una semana dijeron “Todos somos Orlando”? Zorrillos de Toronto

Yo soy México, ¿y usted?
S.O.S: No es Venezuela, es México 

México está siendo secuestrado, torturado, masacrado y desaparecido nada más y nada menos que por el gobierno de Peña Nieto.
La pregunta urgente que nos hacemos muchos es, ¿qué está esperando Almagro y la OEA para aplicarle a Peña Nieto la Carta Democrática? ¿Acaso el gobierno no está violando los Derechos Humanos de los ciudadanos mexicanos? ¿Acaso no incita y ejerce la violencia desde su brazo armado?¿Acaso el gobierno de Peña Nieto no está secuestrando, torturando y masacrando ciudadanos? ¿No está saqueando el país? ¿Acaso no reprime las manifestaciones sociales? ¿Acaso no es un genocidio el que lleva acabo?
¿Qué más es lo que necesita Almagro para aplicar de urgencia la Carta Democrática y denunciar a nivel internacional la dictadura de Peña Nieto? Ajá, es que no es Maduro ni Venezuela. ¿En dónde están Hillary Clinton, Obama y Biden denunciando a nivel internacional la masacre que realiza Peña Nieto contra su propio pueblo? Así como denunciaron al “dictador” Maduro.
¿En dónde están Uribe y retahíla denunciando a Peña Nieto y exigiendo la intervención militar estadounidense en México? Así como exigen que lo haga con Venezuela.
¿En dónde están los presidentes del mundo manifestándose por el asesinato de los maestros en Oaxaca por parte del gobierno, así como se manifestaron por la masacre de Orlando? Ajá, es que no es Estados Unidos y ahí no hay que tratar de quedar bien.
En México el terrorismo corre a cuenta del propio gobierno. ¿Por qué no están denunciando esto Telemundo, Televisa, Univisión y CNN en Español? Así como tienen sus diez minutos diarios del noticiero dedicado a Venezuela y a atacar a Maduro. Peña Nieto se da la libertad de asesinar estudiantes y maestros. Asesinar periodistas, defensores de Derechos Humanos, campesinos y sindicalistas. De asesinar niños, adolescentes y mujeres. Los feminicidios en México superan a los de Latinoamérica. Ha llenado de fosas clandestinas el país, hace correr ríos de sangre, ¿en dónde está la denuncia y la intervención internacional en defensa del pueblo mexicano?
¿En dónde están esos artistas internacionales que denuncian todos los días la “hambruna” que vive Venezuela por culpa del “dictador” Maduro, en dónde están denunciando la dictadura de Peña Nieto en México? ¿Qué sucede con los medios de comunicación internacionales que han creado un manto de impunidad como protección a los corruptos, violadores y asesinos del gobierno mexicano? ¿Por qué no denuncian y envían corresponsables y realizan enlaces en vivo como lo hacen con Venezuela, denunciando la “calamidad” que vive el pueblo en manos del “opresor” Maduro. Gran responsabilidad tienen los medios que callan en complicidad.
¿En dónde está el mundo diciendo “Todos somos México” así como hace una semana dijeron “Todos somos Orlando”? ¿En dónde están esos mexicanos que hace unos días enfurecieron por la monumental derrota ante Chile en el juego de la Copa América, en dónde están enfurecidos por lo que hace su gobierno con su pueblo? ¿Es acaso más importante un juego de fútbol, en un campeonato malogrado por la corrupción de la FIFA que la denuncia social en defensa de la vida? ¿En dónde está esa gente graduada de universidad, grandes oradores, intelectuales que viajan alrededor del mundo dictando conferencias en contra de Maduro, en dónde están denunciando el genocidio que realiza Peña Nieto?
¿En dónde está el mundo manifestándose por México? México pide ayuda a gritos, envía señales de alarma, de emergencia, de catástrofe, clama por una democracia, por un gobierno que respete a sus ciudadanos. Pide un alto al genocidio, a los secuestros, a las torturas; un alto a las desapariciones forzadas. Pide un alto al saqueo, a la corrupción, a la venta de la tierra.
En México tenemos un espejo, lo que sucede en ese país es lo que quiere hacer Estados Unidos con el resto de América Latina, lo que sucede hoy en México ya lo vivimos en el triángulo norte de Centro América, hace unas décadas con las dictaduras y los genocidios de los cuales aún no logramos reponernos.
¿Tenemos el descaro de preguntarnos entonces el por qué de la resistencia de los gobiernos progresistas latinoamericanos hacia Estados Unidos? ¿Nos preguntamos entonces el por qué la fuerza del capital está en contra de Venezuela?
Lo increíble, lo esperanzador es que en México, a pesar de tanta sangre derramada, de tanta opresión, el pueblo siga resistiendo. Digo, el pueblo real. Con la frente en alto y el pecho erguido, aunque literalmente le esté lloviendo balas.
No hay que ser mexicano, docente ni estudiante para apoyar la denuncia de los maestros mexicanos, hay que ser tan solo humano y saber que la causa cuando es justa despertará la furia de los traidores y contra ellos tenemos que unirnos los que queremos cambiar el mundo por uno más justo.
El México de pies descalzos sigue resistiendo, ni Estados Unidos por tenerlo de patio trasero ha podido con él. Y vemos entonces a los herederos de las Adelitas, de Pancho Villa, de Emiliano Zapata y de Lucio Cabañas gritar desde las calles enardecidas: ¡Viva México, cabrones!
Y aunque el mundo guarde silencio y la mediatización pretenda esconder la impunidad, ese grito que revienta desde el río Bravo hasta el Usumacinta, que se explaya por los mares de aguas internacionales, es el llamado de la sangre que solo escuchan los que a pesar de 500 años de genocidio y saqueos se rehúsan a que América Latina sea vasalla de traidores vende patrias. Y se unen al rugido para que estalle en todos los rincones del mundo y que quienes no lo quieran ver lo escuchen: ¡Viva México, cabrones! ¡Viva México, aunque nos despedacen a metralla!
No, no es el gobierno de Maduro masacrando venezolanos, es el gobierno de Peña Nieto masacrando mexicanos en resistencia y dignidad.
Yo soy México, ¿y usted?
Ilka Oliva Corado

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