Sunday, 29 May 2022

La falsa conciencia de un mundo invertido

                   La falsa conciencia de un mundo invertido | Editorial Mayo

Por: ABP | Editorial May
Hoy la humanidad,  en esta etapa del capitalismo como fase superior del imperialismo, está viviendo un nuevo período de oscurantismo como lo fue el Medioevo. Las élites económicas conformadas y representadas a lo sumo por unas 600 multinacionales han impuesto una globalización abarcadora, arropando con su pensamiento y cosmovisión nuestras sociedades.

La tecnología en manos y al servicio de estos señores ha sido parte de los vehículos utilizados para alcanzar dichos objetivos: Ganarse la mente humana. La enajenación, la creación de un mundo virtual y de una nueva superestructura ideológica, divorciada dialécticamente del modelo económico que se vive hoy, han acelerado este proceso.

El conocimiento a través de la ciencia y la tecnología en estos últimos 200 años ha avanzado exponencialmente en todos los terrenos, creando y descubriendo nuevas áreas desconocidas hasta hoy.

Es paradójico que frente a esta realidad la mayoría de la población mundial carezca de instrucción, donde el conocimiento sigue siendo esotérico. La ciencia en su proceso de conocimiento va simplificando bajo la metodología de la comprobación y del desecho y de esta manera incorporando lo nuevo. 



Pero contradictoriamente esta simplificación es tomada e incorporada atendiendo las necesidades del mercado capitalista y siendo aplicada al mundo de las mercancías en su degradación tanto en lo material como en lo espiritual, basada en lo que el mercado considera como eficacia y eficiencia. Y es que estamos frente a una contradicción en esta fase que genera el capital concentrado en una ultra minoría, pasando a ser los dueños de la ciencia, la tecnología,  los asalariados, y de las ideas, situándolas en ese mercado  para la obtención de más ganancias.

La exacerbación del individualismo como un atributo de la "libertad" y del libre albedrío cristiano, se ha hecho norma en el comportamiento de una gran parte de nuestras sociedades, manifestándose como trabas a las verdaderas necesidades humanas, que solo podrán superarse cuando la producción sirva a la humanidad y el capital deje de crear y explotar las falsas necesidades humanas.

Poner a participar al sujeto de esta globalización abarcadora le crea una situación de participación única en ese mundo, en que aparentemente no existen las clases sociales y por ende tampoco la lucha de clases.

Es el sujeto que siendo obrero de una plantación cuenta con una tarjeta plástica para acceder al banco  aunque solo tenga centavos. Es el mismo sujeto que tiene un Huawei aunque no tenga minutos para comunicarse. O tener acceso a un noticiario televisivo o a un deporte que al mismo tiempo observa un obrero en París y un campesino yanqui.

Poder tener acceso a éstas tecnologías lo "iguala" y lo hace "libre" como parte de ese mundo globalizado.

En esa medida el capital se ha ido concentrando más, las capas medias han ido desapareciendo en términos económicos, empobreciéndose más, y apelando al “multiempleo” para sobrevivir, en algunos casos proletarizándose, pero manteniendo sus hábitos pequeños burgueses.

Es una capa que nunca ha sido clase media porque ésta nunca ha existido como clase y se incorpora al mundo de la globalización en espera de escalar. Nos encontramos en un tipo de apagón ideológico por donde se transita, una época de oscurantismo con cierta involución, donde el capital no solo ha incidido pretendiendo hoy saltar sus propias barreras que al momento están trabadas por su misma naturaleza contradictoria.

Históricamente ésta situación no es nueva para la humanidad; por eso, conservando las distancias, mencionamos el Medioevo como uno de los períodos más oscuros al que fue sometida la humanidad y de la que se debe sacar experiencia.

El imperialismo en su fase superior pretendió dar un corte y ajustar cuentas no solo en lo militar sino en el terreno ideológico contra el Marxismo, el cual nunca ha podido desechar.

Creando centros académicos y de investigación, promoviendo corrientes filosóficas, sociológicas, falsificando la historia, creando grandes editoras, grandes centros de comunicación, todo como parte de la guerra ideológica esparcida por todo el planeta. 


La pregunta es: ¿Cómo nos conectamos los humanos en el mundo virtual?                                                   
Para dichos fines las inversiones en este terreno pasan los billones de dólares. Es en este período que se avanza en la creación de una nueva superestructura ideológica debemos poner a Marx y a Lenin de pie ya que ellos los voltearon; seguir estudiando con su metodología, no a la copia ni a su aplicación mecánica sino a la lógica dialéctica y científica, no sólo para entender la realidad sino para transformarla.