Sunday, 28 February 2021

Crisis sin precedentes en Ecuador: Desafío para el próximo presidente

 José Serrano: Desde hace 15 días el gobierno sabía que se iba a realizar esta masacre

 Crisis sin precedentes en Ecuador: Desafío para el próximo presidente

Por José A. Amesty R: Independientemente de cualquiera sea el ganador a la presidencia en el Ecuador, Arauz o Lasso, se tendrá que enfrentar a una brutal crisis, herencia de Lenin Moreno, como la crisis de salud, ocasionada por la pandemia del coronavirus, atendida con absoluta ineficacia y corrupción.

También se tendrá que enfrentar a la crisis económica más seria que ha tenido el país en cuatro décadas; de acuerdo con los datos estadísticos, los estudios nacionales y los informes de los organismos internacionales (agravó el desempleo, el subempleo y la pobreza); la crisis de las funciones e instituciones del Estado, cuya credibilidad, legitimidad y organización están derrumbadas. Crisis que mencionaremos brevemente.

Y es que históricamente, las elites de la derecha económica ecuatoriana, representan una fuerza social que lo ha hecho y quiere controlar el Estado para subordinarlo a sus intereses, mediante la implantación del modelo empresarial-neoliberal, que ha sido la tendencia hegemónica durante las décadas finales del siglo XX y que se restauró con el gobierno de Lenin Moreno (2017-2021).

Reiteramos, Lenin Moreno, en sus casi cuatro años de desgobierno, ha dejado a Ecuador en una crisis económica-social-sanitaria lamentable, unida a una corrupción institucionalizada, con elevados índices de pobreza y desempleo, y una enorme deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional.

El presidente Lenin Moreno dejará un gobierno desgastado, que a lo largo de sus cuatro años de mandato se ha caracterizado por enfrentar constantes manifestaciones en reclamo de mejoras laborales, salariales y sociales, beneficios que habían disfrutado los ecuatorianos durante los diez años de presidencia de Rafael Correa (2007-2017).

La pandemia del coronavirus

 

 Cadáveres en calles por colapso de servicios sanitarios en Guayaquil

 Basta citar un dato contundente: alrededor de 40 mil personas fallecidas en 2020 por encima del promedio registrado en los tres años anteriores, según información del Registro Civil. Semejante dato, en términos comparativos, ubica al Ecuador entre los países con mayor exceso de fallecimientos del mundo, sobre todo si se revisan las cifras por tamaño de población: más de 2 mil muertes en exceso por millón de habitante (segundo país a nivel global luego de Perú. Parte importante de esta tragedia corresponde al infierno que vivió Guayas en los primeros meses de la pandemia y que de ninguna forma puede quedar en el olvido y la impunidad.

A la enorme mortalidad, se suma el hecho de que el testeo para identificar a la población infectada con COVID-19 en el país es bajo: según datos al 30 de noviembre, en Ecuador solo se realizaron 34,3 pruebas de coronavirus por cada mil habitantes, cifra menor a varias naciones sudamericanas como Perú (38), Paraguay (62,5), Argentina (73,8), Colombia (99,4), Uruguay (123,8), Chile (276,6), y apenas superior a Bolivia (30,7).

Y por si no fuera suficiente, el manejo de la pandemia por parte del gobierno ecuatoriano ha estado cargado de improvisaciones (por ejemplo, medidas desordenadas de confinamiento y restricción de movilidad, manejo nada transparente de la información), corrupción (sobreprecios en insumos médicos), y deficiencias infames en el sistema de salud (denuncias de desabastecimiento de anestésicos en unidades de cuidado intensivo que atienden a pacientes con coronavirus. Tan grave es la situación que incluso países como Estados Unidos han recomendado a sus ciudadanos evitar viajes a Ecuador por el alto riesgo de contagio.

En general, la pandemia ha agudizado en el Ecuador una crisis multidimensional sin precedentes, cuya solución no podrá lograrse con meros diagnósticos y políticas coyunturales, trampas en que podría caer el próximo presidente de Ecuador.

Crisis económica ecuatoriana

Bajo los duros golpes provocados por la pandemia de la Covid-19, a lo que se suma la mala gestión económica-financiera de Moreno y la baja en los precios del petróleo, su principal producto de exportación, el país sufrió en 2020 una caída del 9 % del Producto Interno Bruto (PIB).

Según información del Banco Central del Ecuador (BCE), se estima que el Producto Interno Bruto (PIB) del país caería en –8,9% durante 2020, mientras que para 2021 se estima una recuperación de 3,1%. Dentro de dichas previsiones, puede notarse una caída económica generalizada en las diferentes ramas de actividad, con casos drásticos como las actividades de transporte que caerían un –21%, o el alojamiento y servicio de comida con una contracción de –20,2%.

En las previsiones del FMI se estimaba que el PIB ecuatoriano caería –11%, aunque en noviembre esta previsión mejoró a –9,5% con la firma de la carta de intención entre el país y el Fondo. Pese a dicha mejora, el FMI y de la CEPAL coinciden en prever que el Ecuador en 2020 tendría una de las caídas económicas más graves de Sudamérica (FMI: –9,5%; CEPAL: –9%), solo superada por Venezuela (–25%; –30%), Perú (–13,9%; –12,9%) y Argentina (–11,8%; –10,5%).

Y si las previsiones muestran que la caída de la economía ecuatoriana es excepcionalmente grave, una rápida comparación histórica confirma que se vive la peor crisis económica, combinada con un estancamiento de varios años. De hecho, dejando de lado el efecto de la inflación, la contracción del ingreso por habitante para 2020 sería de –10,1%, caída más drástica que aquella vivida en 1999 y que llegó a –6,8%.

En el campo del empleo, un mercado laboral estancado por años, colapsado en 2020, con un salario básico de 400 dólares mensuales que no crecerá en 2021, y lleno de incertidumbres por la flexibilización laboral impulsada por el morenismo, tiene graves implicaciones sociales. Si millones no encuentran alternativas de empleo que les permitan subsistir de forma digna, terminarán integrándose a actividades cada vez más cercanas a la criminalidad.

Como consecuencia, la violencia se irá agudizando. Basta ver que, entre enero y octubre de 2020, la provincia de Guayas registró 427 muertes violentas, equivaliendo a una tasa de 9,73 muertes por cada cien mil habitantes (la tasa mundial de referencia es de 5,78), dato que vendría aumentando desde 2018.

En términos de consumo, por ejemplo, hay patrones preocupantes. Según información de las matrices insumo-producto difundidas por el Banco Central, entre 2013 y 2018 se registró una reducción del gasto de consumo por habitante promedio mensual en lácteos (de 5,98 a 5,37 dólares) y productos de la molinería (de 4,78 a 3,60 dólares).

Estos datos muestran que, previo a la pandemia, ya existía en el país un estancamiento y reducción de la demanda de los hogares en productos alimenticios. Y con la crisis del coronavirus el problema de demanda se ha agravado, como ejemplifica la caída de 34% en las ventas de leche entre marzo y noviembre de 2020. De mantenerse semejantes tendencias, varios males no resueltos por décadas como la desnutrición infantil, posiblemente se irán agravando, como empiezan a sugerir algunas fuentes.

La responsabilidad sobre lo sucedido en las cárceles del Turi en Azuay, en la regional Guayas, la penitenciaría de Guayaquil y la de Cotopaxi recae fundamentalmente en un gobierno inepto y miserable que ha destruido el país, generando más miseria, más desempleo...

ENTREVISTA COMPLETA ALIAS EL COYOTE desde la PENITENCIARIA del LITORAL

 En síntesis, de hecho, los problemas son en extremo diversos: caída en los ritmos de extracción petrolera (y falta de inversión en el sector); ampliación de extractivismos que dejarán saqueo y destrucción ambiental y social (por ejemplo, la megaminería; posibilidad de una mayor concentración de los mercados en beneficio de grandes grupos económicos (a la vez que varias pequeñas y medianas empresas están al borde del colapso); aumento de la pobreza sobre todo en poblaciones rurales (pero de la cual aún no hay datos certeros para 2021); dificultades en la producción agrícola rural, con precios de miseria que subsidian la vida de las grandes urbes; aumento de las desigualdades de género (con el aumento de la explotación laboral sobre las mujeres trabajadoras en actividades necesarias para reproducir la vida y un imparable incremento de la violencia de género); mayores limitaciones para un acceso digno a la educación (con personas que simplemente han dejado de estudiar por falta de conectividad y de recursos económicos); aumento del número suicidios; entre otros.

Y un dato final, a finales del anterior año, el ministro de finanzas del actual gobierno, comunicó sobre un proyecto de ley para otorgar la “autonomía” al Banco Central del Ecuador, junto a una campaña desinformativa de las actuales autoridades económicas con el objetivo claro de su privatización. En efecto, lo que se busca es el retorno de la privatización del Banco Central al sector financiero y las crueles secuelas para la población ecuatoriana.

Crisis de las funciones e enstituciones del Estado ecuatoriano

Solo mencionaremos dos datos que revelan la crisis en las Instituciones del Estado en Ecuador:

Por mandato legal, en el Ecuador las autoridades de control estatal, superintendente de Compañías, superintendente de Bancos, de Economía Popular y Solidaria, Contralor General del Estado, otros, son designados de una terna enviada por el Presidente de la República, se posicionan en el cargo bajo compromisos políticos con el partido, movimiento político o grupo económico que le designó, por ende, son resultado del “clientelismo político” que nombran Ministros, Directores, Gerentes y Funcionarios, para la administración pública con un alto grado de desconocimiento en gestión pública y normas de control interno gubernamental. 

En el caso de la Función Judicial, es incuestionable que los procesos que nacen de un aparataje tan condicionado no pueden cumplir con los mínimos requisitos de imparcialidad. Las vías judiciales se vuelven entonces canales idóneos para la persecución política. Paradójicamente, los órganos que no están sujetos a elección popular (y que en este caso dependen del beneplácito de autoridades transitorias) son los que acaban proscribiendo las vías democráticas de la oposición.

Asimismo, la arbitrariedad en la conformación del Consejo Nacional Electoral, encargado pone en riesgo los comicios celebrados este año, donde se eligen 5.670 autoridades. En definitiva, la judicialización de la política y el secuestro de las instituciones clausuran la vía democrática en el Ecuador de Moreno.

Como indicamos al inicio, la crisis legada por Moreno, será sobre todo para Arauz, un reto, un desafío, debido a la magnitud de la misma. Para Lasso o si hubiera otro, será una ocasión más para seguir usufructuando los recursos del Estado, sin importar la mayoría de las clases más empobrecidas.

El 11 de abril tenemos una cita en las urnas con el binomio "Arauz - Rabascall". 


Andrés Arauz Leónidas Iza y Jaime Vargas Por Un Ecuador Sin Regionalismos

Friday, 26 February 2021

El gobierno de Moreno ha hundido económicamente al país. Sus secuaces han sido responsables de brutales actos criminales....

 Asambleísta José Serrano afirma que el Ministerio de Gobierno y la Policía Nacional conocían que iba suceder una tragedia en las cárceles

 Violencia carcelaria e intoxicación de la mente a través de la industria "cultural"

x Dax Toscano Segovia: Análisis de la masacre perpetrada en diversas cárceles del Ecuador, donde fueron asesinadas con total crueldad 79 personas privadas de libertad

Fue debida a los amotinamientos producidos y los enfrentamientos entre bandas delictivas, lo que plantea la necesidad no solo de debatir sobre la situación carcelaria del país y su sistema judicial, sino sobre el modelo de sociedad que se está construyendo en el plano económico, social y cultural.

La responsabilidad sobre lo sucedido en las cárceles del Turi en Azuay, en la regional Guayas, la penitenciaría de Guayaquil y la de Cotopaxi recae fundamentalmente en un gobierno inepto y miserable que ha destruido el país, generando más miseria, más desempleo, mientras nada ha hecho por atender los temas de salud, educación, seguridad social y ciudadana, fomento de la cultura y, mucho menos, por resolver la dramática situación que se vive en los centros carcelarios del país.

En junio de 2019 reos de la cárcel regional del Guayas decapitaron a William Poveda, alias “El Cubano”, para luego jugar con su cabeza como si se tratara de un balón. En julio del mismo año, Jonathan Rodríguez Sánchez, alias “Suzuki”, miembro de la banda de “Los Choneros”, fue asesinado en la cárcel de Cotopaxi.

Los amotinamientos se sucedieron en ese entonces en los centros carcelarios de Guayaquil, Cuenca, Latacunga, mientras que en marzo de 2020 hubo un motín en la cárcel de Sucumbíos. Las bandas delictivas prácticamente tomaron el control de las cárceles, hecho que, lamentablemente, continúa hasta la presente fecha sin que el gobierno y el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI), responsable del sistema penitenciario, hayan tomado las medidas necesarias para solucionar esta situación crítica puesto que los PPL tienen bajo su poder armas corto punzantes, de fuego y, según relata una funcionaria de la cárcel del Turi, hasta motosierras.

Tras el cometimiento de estos hechos, han circulado por las redes sociales vídeos grabados por los propios PPL que participaron en esos abominables actos, los cuales de inmediato se “viralizaron”.

El morbo caracteriza a determinados sectores de la sociedad que, como resultado de su deformación mental, encuentran en el derramamiento de sangre, en el crimen atroz un elemento de gozo emocional, aunque luego hagan cuestionamientos morales sobre lo acontecido, claro está mientras comparten las imágenes macabras a otros miembros de sus redes.

No debe sorprender este tipo de conducta en personas que, sometidas a procesos brutales de intoxicación a través de las pantallas, se han entusiasmado viendo las películas en las que Silvester Stallone ha destrozado varias cabezas o golpeado hasta la muerte a varias personas como en Cobra, Rambo o Rocky o en las que el Guasón se deleita asesinando a sus víctimas.

El problema que enfrenta la sociedad ecuatoriana tiene también que ver con lo que se le ofrece a través de la llamada industria “cultural”, que no es otra cosa que una industria de la alienación y la violencia. Bastaría hacer una exposición del listado de películas, series, novelas y reality shows que año tras año se ofrece a la niñez y la juventud para confirmar lo expuesto: Chucky, el muñeco diabólico, Batman: el caballero de la noche, Rápidos y Furiosos, 12 horas para sobrevivir, Por 13 razones, Factor miedo, Las muñecas de la mafia, Sin tetas no hay paraíso, El cartel de los sapos, etc.

Estas producciones, y otras más, fomentan estilos de vida que se basan en el individualismo, el éxito fácil y la de una vida basada en el delito, el tráfico y el consumo de drogas como mecanismos para lograr alcanzar un estatus dentro de la sociedad.

Este mundo también lo exaltan los cantantes fabricados por la industria musical para, mediante producciones sin gusto, sin estética y belleza artística, inducir a la niñez y la juventud a conductas violentas contra las mujeres, al machismo, al consumo de alcohol y drogas y al sexo solo como una actividad de satisfacción física, donde el amor o la implicación de la pareja no cuenta. Bad Bunny, Maluma, Anuel AA, Farruko, Rihanna, Lil Pump, sin ningún reparo ético, animan en su canciones y videos a que se trafique y consuma droga, se beba alcohol desaforadamente y se tenga sexo con mujeres a las que se les considera como un objeto, aunque los hombres también son vistos de igual manera.

Jon Illescas, autor de los libros 'La dictadura del videoclip' y 'La educación tóxica', ha hecho investigaciones muy serias sobre lo expuesto.

 

Testimonio sobre el motín en la Cárcel de Turi en Cuenca

 Estas cuestiones, vinculadas a la situación económica y social que vive el país, son importantes para comprender el nivel de violencia que hoy existe dentro de la sociedad ecuatoriana. Un país en el cual se ve como un referente a un peleador de la UFC, en vez de a educadores, científicos o literatos, es un país que atraviesa serios problemas, puesto que lo que se exalta es la agresión sin límites, en un enfrentamiento cruel, cuyo objetivo es someter, sin piedad, al otro u otra.

Los medios de comunicación han jugado un rol totalmente negativo en este sentido en el Ecuador. Periódicos y noticieros de televisión que naturalizaron la presentación de imágenes y escenas violentas, de personas asesinadas, hasta programas de producción nacional donde el insulto y las conductas agresivas entre una pareja eran exhibidos como humor o donde el negro era considerado como delincuente o el montubio como tonto, pretendiendo con ello sacar risas al público o programas de radio donde los comentaristas no dudan en insultar a otras personas y amenazarlas, porque mientras más lo hacen, más machos aparecen ante su público.

Flor María Palomeque, conocida como “La Mofle” y David Reinoso, “El Panzón” se enfrascaban en discusiones de pareja en las cuales cada uno denigraba al otro en su condición, todo esto exhibido como un buen ejemplo para quienes llevan una vida juntos. Estos dos personajes, además, han sido convertidos en referentes de la política, al servicio de los grupos de la derecha.

Hoy, el país está conmovido frente a los terribles hechos suscitados el 23 de febrero de 2021. Hace unas semanas, muchas personas lloraban por el asesinato del presentador de televisión Efraín Ruales. Vivimos en una sociedad del espectáculo, donde hechos brutales son los que perturban la tranquilidad de las personas que dejan de lado otras realidades que son todavía más crueles, como el suicidio de jóvenes que mediante ello encuentran una salida a la crisis económica que viven sus familias, la pobreza extrema que se agudiza en el país y que genera muertes, la falta de vacunas pentavalentes para la niñez y la desidia de un gobernante preocupado por el programa “Master Chef” y que, aprovechándose de la situación que se ha dado, ha enviado nuevamente el proyecto privatizador del Banco Central para blindar a la banca privada.

 Reos envían mensaje desde la cárcel penitenciaria de Ecuador.

El gobierno de Moreno ha hundido económicamente al país. Sus secuaces han sido responsables de brutales actos criminales contra quienes se han manifestado en su contra. María Paula Romo, ex ministra de Gobierno, exhibía sin ningún pudor, en una portada de una revista, la imagen de un rostro de una pintura de mujer sin un ojo, justo en el momento en que las fuerzas policiales habían destrozado con una bomba lacrimógena, en una manifestación pacífica, el ojo de Jhajaira Urresta. El sadismo con que las fuerzas represivas actuaron en octubre de 2019 en contra del pueblo al que muchos sectores de la oligarquía trataron con desprecio, nada debe envidiar a las actuaciones brutales cometidas por las bandas delictivas en las cárceles del Ecuador.

Indignarse, conmoverse implica reflexionar sobre estas realidades. Pero también significa denunciar las conductas matoniles de sujetos como Fernando Villavicencio, electo recientemente como asambleísta, quien a través de Twitter lanza amenazas contra el periodista Alexis Moncayo o los insultos emitidos por personajes como Carlos Vera o Jaime Bayly en programas “periodísticos” en la televisión ecuatoriana o como el facho de Alfonso Pérez Serrano, de Ecuador en Vivo, que en 2017 hacía un llamado a la ciudadanía para arrastrar y quemar al presidente Rafael Correa.

Ojalá estos hechos dolorosos sirvan para que la gente piense en función de la construcción de una sociedad más justa, más humana y solidaria, donde las figuras exaltadas por la cultura traqueta, como las de Pablo Escobar o las del Chapo Guzmán, no sean exhibidas en memes o presentadas como las de héroes que sirvieron a los pobres, sino como las de delincuentes al servicio de una estructura de poder oligárquica criminal.

Es hora de que haya un cambio cultural radical que evite la destrucción mental de nuestras sociedades.

La Haine


Thursday, 25 February 2021

Armas de fuego para el pueblo, ¿es la estrategia propuesta para erradicar más violencia en el pais, hecha por el candidato del feriado bancario?

 

El motín más sangriento de la historia se desencadenó en cuatro penales hacinados

La matanza de 79 presos en Ecuador expone el fracaso de Lenin Moreno en materia de seguridad
Varias políticas desarrolladas durante el gobierno de Rafael Correa fueron desmanteladas por el actual presidente como parte de su "plan de austeridad" para congraciarse con el FMI.

Por Guido Vassallo: Los sangrientos motines del martes en cuatro cárceles de Ecuador dejaron hasta el momento un saldo de 79 presos muertos y escenas de un espanto pocas veces visto. También pusieron de manifiesto la errática gestión del presidente Lenin Moreno en materia de seguridad. Si bien las autoridades salieron rápidamente a declarar que la masacre se debió a un enfrentamiento feroz entre bandas que se disputaban el control de los pabellones, el supuesto hecho desencadenante (el asesinato de un exconvicto) tuvo lugar en diciembre pasado. ¿Fue una tragedia anunciada?

"En 2019 Ecuador ya padeció una situación parecida a la actual, me refiero a la toma de justicia por mano propia por parte de las personas privadas de libertad. La única respuesta de Lenin Moreno fue la militarizacion y policialización de las cárceles. Eso sin duda no funcionó porque se repitieron las mismas catástrofes en 2020 y 2021", aseguró Jorge Vicente Paladines, profesor de la Universidad Central del Ecuador, en diálogo con Página/12.

Del total de víctimas fatales, 31 se registraron en la cárcel nº 4 de Guayas y 6 en la nº1, ambas ubicadas en Guayaquil. En tanto, 34 personas murieron en el penal Azuay de Cuenca y las 8 restantes en el Cotopaxi de la ciudad de Latacunga. Estos recintos concentran el 70 por ciento de la población intramuros. El país enfrenta una crisis carcelaria sin precedentes. Varias políticas desarrolladas durante el gobierno de Rafael Correa fueron desmanteladas por Moreno como parte de su "plan de austeridad" para congraciarse con el FMI.

La mayor masacre en la historia del país llegó en medio de una frenética carrera hacia la segunda vuelta presidencial. Mientras Lenin Moreno sugirió que el correísmo podía estar detrás de los desmanes, el candidato de UNES, Andrés Arauz, fulminó al presidente asegurando que el país "no aguanta más la ausencia de liderazgo y toma de decisiones". Por último, el banquero Guillermo Lasso manifestó su "total respaldo" al cuerpo policial.

Sistema desmantelado

Trabajaremos junto con las autoridades y la gente es el proyecto que presenta el binomio Arauz, Rabascall, para el control del crimen y la pobreza. 

Decenas de familiares de los 79 muertos se concentraron desde la mañana del miércoles frente a la cárcel nº 4 y la morgue de Guayaquil para pedir los restos de los reclusos que murieron en los enfrentamientos. Al igual que en la capital ecuatoriana, militares y policías seguían apostados en el resto de las cárceles para prevenir nuevos motines.


El candidato con más votos en la primera vuelta presidencial, Andrés Arauz, responsabilizó a Lenin Moreno por los "lamentables episodios de amotinamientos, violencia y muerte" y recordó que durante el gobierno de Rafael Correa existía un comité que se reunía cada semana para analizar la situación carcelaria. "Ahí intervenían policías, ministerios, militares y otros cuerpos de seguridad del Ecuador y todo el mundo se enteraba lo que sucedía", manifestó el joven economista.

"El gobierno de Moreno es neoliberal y ha actuado en consecuencia. El desmantelamiento del Estado ha sido muy fuerte en el área específica de seguridad, así que el problema va más allá de la desaparición de los Comités de Seguridad Ciudadana", advirtió a este diario Mario Ramos, director del Centro Andino de Estudios Estratégicos. Ramos enumeró la desaparición del ministerio de Justicia o el de Interior, por lo que en suma "se desmanteló toda la institucionalidad que se estaba creando para fortalecer el cuerpo de guías penitenciarios".

La versión oficial

En conferencia de prensa desde Quito, el director de cárceles Edmundo Moncayo atribuyó los motines a riñas entre, al menos, dos bandas criminales que se disputan el poder. La situación obedecería al vacío que se generó tras el asesinato en diciembre pasado de un detenido que había sido liberado, José Luis Zambrano, alias "Rasquiña" y presunto cabecilla de una organización conocida como "Los Choneros".

"La versión del gobierno es una cortina de humo. No se puede negar que en las cárceles de todo el mundo hay peleas entre bandas, pero eso no necesariamente lleva a una barbarie de esta magnitud", expresó Ramos, experto en temas de seguridad. En la misma línea, la Alianza por los Derechos Humanos consideró que "atribuir la violencia exclusivamente a disputas entre bandas invisibiliza otras causas", entre las que destacan "el punitivismo del Estado y la criminalización del empobrecimiento".

Con motosierras y otras herramientas los presos del Centro de Rehabilitación de Turi, en Cuenca, abrieron el martes las puertas de la sección de máxima seguridad especial y masacraron a más de 30 detenidos. Las mismas escenas se vieron en otros tres penales. La información oficial tardó en llegar y arrojó cifras dispares, pero fluyó a través de videos e imagenes que se viralizaron rápidamente.

El registro de esas filmaciones de celulares eran dignas del mejor cine de terror: se podían apreciar cadáveres de reclusos e incluso algunos cuerpos desmembrados. "¿Cómo puede ingresar una motosierra a una cárcel? Esto habla de la descomposición y el fracaso del sistema carcelario", sostuvo Paladines al respecto.
 
La historia se repite

 ECUADOR DESPIERTA...

Los motines en las prisiones de Ecuador no son un fenómeno novedoso. En agosto pasado el presidente Lenin Moreno declaró el estado de excepción en el sistema carcelario del país ante lo que definió como un "caos" generado por "mafias" en el interior de los centros penitenciarios.

El tres de agosto se reportaron nueve fallecidos, dos de ellos incinerados, seis policías con lesiones y otros 20 presos heridos por un ajuste de cuentas entre bandas de la cárcel de Guayaquil. En diciembre, varios amotinamientos en penales ecuatorianos atribuidos a disputas de poder entre organizaciones delictivas y del narcotráfico dejaron un saldo de 11 presos muertos y otros siete heridos.

"Para variar, como ha sido el discurso de estos cuatro años, Moreno responsabiliza por estos hechos a Correa y al correísmo. Es increíble. Estamos frente un caso de cinismo patológico inconmensurable", explicó Ramos.

Pensando en las soluciones a futuro, Paladines cree que no es tan cierto que en Ecuador haya que recobrar la autoridad carcelaria, "porque la policía ya administra las cárceles". Para el jurista ecuatoriano lo que existe en realidad es una falla estructural en el sistema: "Debemos emprender una sagaz reforma. La policía ecuatoriana está excedida de atribuciones".


 TRAIDOR...TRAIDOR...

Wednesday, 24 February 2021

"NI ME VOY AL EXILIO, NI ACEPTARÉ NINGÚN TIPO DE INDULTO"

 
"CREO QUE ENCARCELADO ESTOY SIRVIENDO MEJOR A LA CAUSA"

  La guerra sucia desinformativa

x Pablo Hasel: Artículo de Pablo Hasél desde prisión 

Desde tiempos remotos los grandes medios de manipulación mercenarios de la dictadura del capital, se han dedicado a intoxicar para, entre otras cosas, restar apoyo popular a los revolu-cionarios o impedir que se sume más y así perpetuar el poder de la minoría capitalista incom-patible con la democracia para la mayoría. Despojados de argumentos (nosotros no necesita-mos recurrir a la mentira porque nos sobran) lanzan constantes campañas de criminalización para dejar como monstruos a todos los que luchamos suponiendo un peligro para sus amos que son las verdaderas bestias a quienes blanquean encubriendo sus políticas criminales.

No escatiman recursos en esta guerra sucia desinformativa invirtiendo millonadas como en pocas cosas, pues sin manipulación durarían dos de sus insultantes telediarios. Sus mentiras contra el movimientos revolucionario han llegado al punto de acusar de fascistas a los antifas-cistas más consecuentes (uno de sus bulos más repetidos contra el PCE(r) y los GRAPO en la falsa transición) realizando esta acusación quienes precisamente servían y sirven al fascismo. Podríamos poner incontables ejemplos como este, ridículos a nada que se tenga una mínima conciencia, pero a la vista está que con millones de personas creyendo esos medios se frena la conciencia De aquí que urja desmontar sus falacias y denunciar su papel en todos los lugares posibles.

Cada vez que la situación se les descontrola en las calles intensifican el bombardeo de injurias (lo suyo sí lo son) para intentar desacreditar o calmar la lucha. Para eso cuentan con la ayuda de la "izquierda" domesticada condenando todo lo que vaya más allá de la ilegítima legalidad diseñada para impedir los cambios profundos y machacarnos. A la hora de la verdad desde los más abiertamente fascistas a los reformistas que ni reforman, criminalizan a los revoluciona-rios o cualquier acción que dañe a los opresores. En vez de condenar la violencia sistemática que origina las protestas, perpetúan la primera y condenan la reacción.

 Pablo Hasel a la cárcel por esta canción...

No se puede estar con los opresores y con los oprimidos a la vez, o con unos o con otros. Por eso ante mi encarcelamiento y las protestas que ha generado por la libertad de expresión además de sumarse más descontento y la reivindicaciones de otros derechos y libertades que niegan, no se puede poner en el mismo plano la violenta represión del Estado con brutalidad policial incluida y la lucha de los manifestantes contra eso y tanto más. Pintar que todo el que responde a eso es un vándalo violento forma parte de la guerra sucia desinformativa para no analizar las causas y ponerles fin.

Nos intentan deshumanizar mientras humanizan a quienes han bombardeado países o imponen vidas de miseria para vivir a todo lujo. ¿A caso cuentan cuánto nos cuesta su defendi-da familiar real en un año mientras repiten lo que cuestan contenedores quemados? ¿Explican la brutal explotación de las multinacionales con escaparates rotos? ¿Mencionan las familias dejadas en la calle o estafadas por la banca a la que queman cajeros? Sirven a los culpables de tantas tragedias evitables y luego linchan a quienes peleamos para que terminen.

En esa línea mienten descaradamente diciendo que me han encarcelado por sumar otras condenas más allá de la música y los tuits cuando lo cierto es que mis únicas condenas firmes que me han llevado a prisión son esas. Así quieren vender que nadie va a la cárcel por hacer canciones. Pero igual que con la represión depende de nosotros que toda su manipulación se vuelva en su contra y los deje bien retratados para que menos personas crean su guerra sucia desinformativa.

Centro Penitenciario de Ponent, 19/02/21.