Thursday, 18 April 2019
Assange y sus villanos
Assange y sus villanos
Poco resta por agregar a todo lo que ya se ha dicho, y se venĂa diciendo, del caso Assange. Una operaciĂłn absolutamente violatoria del derecho internacional tal como lo estableciera el Grupo de Trabajo de la ONU contra las Detenciones Arbitrarias que, ya en una extensa resoluciĂłn fechada el 4 de diciembre de 2015, establecĂa que la detenciĂłn del fundador de la Wikileaks era arbitraria e ilegal y debĂa ser puesto en libertad. No sĂłlo eso, en su numeral 100 requerĂa que “los gobiernos de Suecia y el Reino Unido … garantizaran la situaciĂłn del Señor Assange para asegurar su seguridad e integridad fĂsica, facilitar el ejercicio de su derecho a la libertad de movimientos de manera lo más expedita posible y para asegurar el pleno disfrute de los derechos garantizados por las normas internacionales relativa a la detenciĂłn de personas..
Assange y sus villanos
En un sistema internacional en el cual cada vez con más frecuencia se atropella la legalidad laboriosamente construida desde fines de la Segunda Guerra Mundial no sorprende para nada lo ocurrido. En esta verdadera tragedia para la humanidad -porque eso es lo que significa la persecución de Julian Assange-hay unos cuantos villanos.
Primero
LenĂn Moreno, (a) “Judarrás”, repugnante sĂntesis de Judas y Barrabás que le privĂł al australiano nacionalizado ecuatoriano del asilo diplomático concedido hacĂa ya siete años poco despuĂ©s que aquĂ©l, privado de acceso a Internet y telefonĂa, habrĂa supuestamente sido quien sacĂł a la luz pĂşblica los turbios negociados de Moreno. Lo de “Judarrás” es además doblemente detestable porque ni siquiera tuvo la valentĂa de expulsarlo de la sede de la embajada ecuatoriana en Londres sino que solicitĂł a la PolicĂa Metropolitana que, violando su inmunidad diplomática, entrase a dicho recinto a apresar por la fuerza al asilado. Pocas veces se ha visto un ejemplo de tanta vileza y servilismo ante las Ăłrdenes del imperio, deseoso de propinar un escarmiento ejemplar a Assange como señal intimidatoria a los muchos que como Ă©l quieren garantizar el derecho a la informaciĂłn, componente esencial de un orden polĂtico democrático.
Segundo
La Casa Blanca es el otro villano, que desde los tiempos del “progre” Barack Obama hizo lo imposible para lograr que Assange fuese extraditado a los Estados Unidos. Si esto llegara a ocurrir al periodista le espera, en caso de que esa solicitud sea aceptada, el sometimiento a “durĂsimas tĂ©cnicas de interrogaciĂłn” (eufemismo para evitar decir torturas), una interminable sucesiĂłn de juicios y acusaciones, la cárcel y, probablemente, su asesinato en una bien orquestada “riña de convictos” en una prisiĂłn poblada de hampones, narcos y criminales de la peor especie. Su eventual deceso en una pelea de reos evitarĂa a Estados Unidos la acusaciĂłn de haber condenado a muerte a un hombre que quiso que la verdad fuese conocida.
Tercero
Los impresentables “representantes del pueblo” en la Cámara de los Comunes del Reino Unido y los congresistas de Estados Unidos. Los primeros estallaron en grandes manifestaciones de jĂşbilo cuando la primera ministra Theresa May informĂł del arresto de Assange. Otro tanto ocurriĂł en el Senado y la Cámara de Representantes del Congreso de EEUU, constituido en buena parte por politiqueros que se enriquecieron en su funciĂłn legislativa protegiendo a los lobbies y las empresas que financiaron sus carreras polĂticas y condenando a la mayorĂa de la poblaciĂłn de su paĂs a crecientes penurias econĂłmicas al punto tal que “el 1 por ciento más rico de EEU detenta mayores ingresos que el 90 % de la poblaciĂłn”. Estos personajes son los que hicieron posible que el asalariado medio de ese paĂs “necesitate trabajar más de un mes para ganar lo que un CEO gana en una hora.” Bien: esta es la gentuza que celebrĂł con alborozo la detenciĂłn de Assange. (Ver estos y otros datos en: Nicholas Kristof: "An Idiot's Guide to Inequality", en New York Times, 22 de Julio, 2014 y en la nota de William Marsden, “Obama’s State of the Union speech will be call to arms on wealth gap”, en https://o.canada.com/news , 26 Enero 2014.)
Cuarto y Ăşltimo
Los gobiernos europeos que consienten no sĂłlo este ataque de Washington al libre flujo de la informaciĂłn y la imprescindible transparencia de la gestiĂłn pĂşblica sino que admiten, como indignos vasallos, que los deseos de la Casa Blanca y las leyes que dicte el Congreso de ese paĂs posean validez extraterritorial y se apliquen en sus propios paĂses sin intentar el más mĂnimo asomo de protesta o resistencia. En ese sentido, su bochornoso acompañamiento de las decisiones de Washington: desde el caso Assange hasta las sanciones econĂłmicas a Rusia; o desde la criminal campaña en contra de Gadafi en Libia hasta la brutal agresiĂłn a Siria; o desde el bloqueo a Cuba hasta la payasesca opereta montada en torno a la figura de Juan GuaidĂł en Venezuela, hablan bien a las claras de que el arte del buen gobierno es algo que parece haberse perdido en una Europa que arrojĂł por la borda toda pretensiĂłn de soberanĂa y dignidad nacionales y resignada a cumplir el deshonroso papel de compinche de cuanta tropelĂa desee perpetrar el emperador de turno.
Subscribe to:
Posts (Atom)