Saturday, 23 October 2021

Papeles de Pandora: ¿lucha contra la corrupciĆ³n o mecanismo distractor?

                                                 ¿QuĆ© son los papeles de Pandora? Los archivos filtrados de 14 proveedores de servicios extraterritoriales vinculan a mĆ”s de 330 funcionarios pĆŗblicos, incluidos 35 lĆ­deres mundiales, a fortunas extraterritoriales.

 Papeles de Pandora: ¿lucha contra la corrupciĆ³n o mecanismo distractor

La corrupciĆ³n y la impunidad en la regiĆ³n [de CentroamĆ©rica] socavan la democracia, alimentan la migraciĆ³n irregular y representan una amenaza para nuestra seguridad nacional porque sostienen organizaciones criminales y el crimen transnacional”. Kenneth A. Polite Jr., Departamento de Justicia de Estados Unidos

¿CorrupciĆ³n o explotaciĆ³n?

¿Por quĆ© hay ricos y pobres? Si eso no es un destino natural o un designio divino, debe haber otra explicaciĆ³n. Marx consagrĆ³ su vida a investigarlo. De los tres tomos de su obra cumbre, El Capital, se concluye que es la explotaciĆ³n del trabajador, el trabajo no remunerado que el capitalista roba a quien trabaja, a quien produce la riqueza, eso que se llama plusvalĆ­a, he ahĆ­ el origen de la abundancia de unos sobre la pobreza de otros. La corrupciĆ³n es un elemento absolutamente marginal en esa dinĆ”mica. QuĆ© se hace con el dinero asĆ­ generado y dĆ³nde se guarda (en bancos “respetables” o en oscuros paraĆ­sos fiscales) es totalmente anecdĆ³tico, marginal. Si un funcionario pĆŗblico del Estado –que es siempre el Estado que defiende a la clase capitalista– comete un acto corrupto (se queda una “propina”, por ejemplo), no estĆ” ahĆ­ el motivo de la pobreza de la poblaciĆ³n. En todo caso, solo estĆ” reciclando, utilizando –o, si se quiere, usando indebidamente– parte de la riqueza que generaron quienes trabajan.

La corrupciĆ³n es “un mal que corroe las sociedades y las culturas, se vincula con otras formas de injusticia e inmoralidades, provoca crĆ­menes y asesinatos, violencia, muerte y toda clase de impunidad; genera marginalidad, exclusiĆ³n y miedo (…) mientras utiliza ilegĆ­timamente el poder en su provecho. Afecta a la administraciĆ³n de justicia, a los procesos electorales, al pago de impuestos, a las relaciones econĆ³micas y comerciales nacionales e internacionales, a la comunicaciĆ³n social. (…) Refleja el deterioro de los valores y virtudes morales, especialmente de la honradez y la justicia. Atenta contra la sociedad, el orden moral, la estabilidad democrĆ”tica y el desarrollo de los pueblos”, declararon los obispos ecuatorianos en 1988. Sin duda la corrupciĆ³n es una prĆ”ctica abominable, como tantas otras que realizamos a diario los seres humanos. Pero denunciarla con vehemencia, tal como se hace ahora, ¿no serĆ” una coartada –una mĆ”s entre tantas– que intenta alejarnos de las verdaderas causas de las injusticias y la exclusiĆ³n social? La corrupciĆ³n es consecuencia, ¡no causa! Nunca perder de vista esto. Hablar de corrupciĆ³n –incluso golpeĆ”ndose el pecho– es escamotear la verdadera causa de las inequidades de la sociedad global.

Hoy dĆ­a, el sistema capitalista ofrece beneficios a no mĆ”s de un 15% de la poblaciĆ³n mundial (con un 0.1% que acumula riquezas en forma demencial, inmoral, abominable), mientras el otro 85% sufre penurias indecibles. ¡No es por la corrupciĆ³n que sucede esto! Es la estructura misma del sistema. La corrupciĆ³n es una prĆ”ctica cuestionable, porque muestra el robo descarado de un dinero a travĆ©s de una artimaƱa, porque evidencia la bajeza moral que existe entre los seres humanos: es tan corrupto y cuestionable el funcionario que se queda con dineros pĆŗblicos como el ciudadano que da un soborno al policĆ­a; es tan corrupto y bochornoso el profesor que pide “favores” a una estudiante para promocionarla en su asignatura como el trabajador que se roba un rollo de papel higiĆ©nico en el baƱo de su empresa. Pero ¡de ningĆŗn modo! constituyen esas conductas las causas de las enormes, infames, insoportables diferencias econĆ³mico-sociales que pueblan el mundo.

Es por la corrupciĆ³n de funcionarios venales que la gente no recibe servicios en sus paĆ­ses de origen [CentroamĆ©rica] y migra hacia Estados Unidos”, razonan los gobernantes de Washington. No es asĆ­, ¡en absoluto! Es la pobreza crĆ³nica de esas sociedades (con 60 o 70% de su poblaciĆ³n bajo niveles de pobreza y pobreza extrema) por lo que sus poblaciones van de “mojados” al supuesto “sueƱo americano”. La corrupciĆ³n de algĆŗn presidente, ministro o alcalde no hace sino agravar la situaciĆ³n de poblaciones histĆ³ricamente empobrecidas, excluidas y sometidas.

Si es por corrupciĆ³n, en Estados Unidos sobran ejemplos. Si hay “trĆ”fico de influencias” en los paĆ­ses pobres del Sur, en Washington funcionan oficialmente empresas de lobby, es decir: grupos que presionan/inciden en las esferas tomadoras de decisiones para lograr sus objetivos. A propĆ³sito: el rubro comercial que mĆ”s apela a las empresas de lobby, dicho claramente: al infame trĆ”fico de influencias, es el complejo militar-industrial, para “inventar” guerras que dan como resultado posteriores contratos (¡altĆ­simos!) con los que proveer de armamentos a las fuerzas armadas. ¿SerĆ”n “blancas palomitas” los senadores que promueven esas guerras? ¿HabrĆ” corrupciĆ³n allĆ­?

Es llamativo que desde hace algunos aƱos los poderes centrales pusieron en el tapete el tema de la corrupciĆ³n como causa Ćŗltima de las miserias humanas. ¡Absoluta falsedad! Es la naturaleza del sistema la que no permite resolver sus cuellos de botella: se produce mĆ”s comida de la necesaria para alimentar bien a todo el mundo, pero si eso no da ganancias, se prefiere botar un tercio de la misma cada dĆ­a, para mantener “competitivos” los precios. Ya un ortodoxo liberal como David Ricardo, a inicio del siglo XIX, clĆ”sico de la economĆ­a britĆ”nica tanto como Adam Smith, entrevĆ­a cuĆ”l era el origen de la riqueza: la explotaciĆ³n de la clase trabajadora. Pero por sus lĆ­mites ideolĆ³gicos, no podĆ­a decirlo. Carlos Marx, comunista, lo dijo sin tapujos. Para demostrarlo, consagrĆ³ dĆ©cadas de su vida al estudio de la economĆ­a. La plusvalĆ­a o plusvalor (del alemĆ”n “Mehrwert”) es la expresiĆ³n monetaria del valor que el trabajador asalariado crea por encima del valor de su fuerza de trabajo. Esto es, la expresiĆ³n monetaria del plustrabajo.

¡Dejen de engaƱarnos! La corrupciĆ³n es apenas una pequeƱa arista del sistema, ni siquiera la mĆ”s importante. Que un alcalde o un congresista se quede con un vuelto, o le consiga un buen trabajo a su amante como secretaria solo para que vaya a cobrar el sueldo, que pida sobornos para sacar una ley o para otorgar una concesiĆ³n en una obra de infraestructura, no estĆ” ahĆ­ la causa de la persona muerta cada 7 segundos en el mundo por falta de alimentos, ni las 10,000 personas diarias que emigran hacia el Norte en condiciones infames

 PAPERS: Lasso, PiƱera y Abinader

Bombas mediƔticas (distractores)

Los llamados “Papeles de PanamĆ”” (o Panama Papers), hechos pĆŗblicos el 6 de abril de 2016, consistieron en una entrega de 2,6 terabytes de informaciĆ³n por parte de una fuente no identificada al periĆ³dico alemĆ”n SĆ¼ddeutsche Zeitung, quien posteriormente compartiĆ³ con el Consorcio Internacional de Periodistas de InvestigaciĆ³n (ICIJ, por sus iniciales en inglĆ©s, financiado enteramente por organismos estadounidenses: fundaciones varias, USAID, CIA), revelando el ocultamiento de propiedades de empresas, activos, ganancias y evasiĆ³n tributaria de jefes de Estado y de gobierno, lĆ­deres de la polĆ­tica mundial, personas polĆ­ticamente expuestas y personalidades de las finanzas, negocios, deportes y arte. Se puso el grito en el cielo, como si se hubiera descubierto la verdadera y Ćŗltima causa de las penurias humanas. Luego de la bulla mediĆ”tica, todo siguiĆ³ absolutamente igual.

Ahora aparecen, con similar revuelo mediĆ”tico, los “Papeles de Pandora”. ¿Otra maniobra distractora? Aquella “filtraciĆ³n” del 2016, mĆ”s allĆ” del revuelo espectacular, no cambiĆ³ nada. Ni podĆ­a cambiar, obviamente. Los paraĆ­sos fiscales siguieron; pero lo peor: ¡la explotaciĆ³n siguiĆ³! La actual crisis de la pandemia, en todo caso, la profundizĆ³. El problema no es que existan lugares para ocultar el dinero y evadir impuestos; el verdadero problema es cĆ³mo se produce ese dinero. Y eso proviene solamente –¡¡no hay otra forma!!– de la explotaciĆ³n de la fuerza de trabajo de la gran masa trabajadora (obrero industrial urbano, peĆ³n campesino, empleado en la esfera de los servicios, intelectual asalariado, ama de casa que no devenga salario pero aporta a la creaciĆ³n de plusvalĆ­a). Como dijo Bertolt Brecht: “Es delito asaltar un banco, pero mĆ”s delito es fundarlo”. AtrĆ”s de toda gran fortuna, inexorablemente, hay sangre.

¿QuĆ© son estos “Papeles de Pandora”? SegĆŗn el conservador diario espaƱol El PaĆ­s, significan que “una constelaciĆ³n de personajes poderosos de LatinoamĆ©rica ha hecho uso a lo largo de los aƱos de paraĆ­sos fiscales. Pese a habitar la regiĆ³n mĆ”s desigual del planeta, esta Ć©lite ha empleado una telaraƱa de fideicomisos, sociedades interpuestas y archivos mercantiles opacos en sitios como las Islas VĆ­rgenes BritĆ”nicas o PanamĆ” para evitar el escrutinio pĆŗblico de una parte sustanciosa de sus bienes. (…) Las jurisdicciones sospechosas son su instrumento y caldo de cultivo para enriquecerse a costa de los demĆ”s, trasladando a los contribuyentes leales la carga de su absentismo. En ocasiones esas operaciones financian delitos mayores como blanqueo de capitales, comercio ilegal de armas o narcotrĆ”fico”. Si un medio de la derecha puede decir esto con tanta claridad, eso huele a gato encerrado. ¿Por quĆ© ahora un periĆ³dico visceralmente anticomunista del catĆ³lico reino hereditario de EspaƱa se permite hablar contra la corrupciĆ³n? Porque eso, la corrupciĆ³n, no es el verdadero meollo del sistema: es moralmente condenable, tanto como pasarse un semĆ”foro en rojo o engaƱar a la pareja si se asume la monogamia. Pero no estĆ” ahĆ­ la causa de los males del mundo. En ese sentido, funciona como un buen distractor.

Si los Panama Papers –operaciĆ³n preparada por la CIA en su momento– necesitĆ³ de 190 periodistas del ICIJ, el actual operativo movilizĆ³ a 600. De Ć©l opinĆ³ alguien cercano a Putin, quien aparece denunciado en la maniobra: “Me inclino a atribuir ese material a un amarillismo provocativo, nada mĆ”s, no corresponde a un material serio, son declaraciones absolutamente poco serias, de hecho, son infundadas”, dijo Dmitri Peskov, Secretario de prensa de la presidencia de Rusia. Agregando: [aunque] “falta la laguna fiscal offshore mĆ”s grande del mundo”, en alusiĆ³n a Estados Unidos.

Es curioso: el capitalismo actual, en su versiĆ³n neoliberal global, es estructuralmente mafioso, corrupto, parĆ”sito. El capital dominante es el financiero. Es decir: el capital parĆ”sito, que se mueve desde hace dĆ©cadas a travĆ©s de oscuras transacciones bancarias, en muchos casos a travĆ©s de esa infamia que es la banca llamada off-shore, es decir: los paraĆ­sos fiscales. Esos corruptos activos financieros son quienes dominan el sistema mundial. Los organismos del Consenso de Washington (Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional), representantes de la gran banca capitalista de las grandes potencias, marca el rumbo de la humanidad. Esos parasitarios capitales han superado con creces al capital productivo (industrial manufacturero, agrario, de la industria de servicios). Los bancos son los dueƱos de las finanzas globales; por tanto, son los que realmente deciden la marcha de los acontecimientos.

Junto a esos mafiosos megacapitales, dos de los grandes negocios que dinamizan la economĆ­a capitalista son la fabricaciĆ³n y venta de armas (primer negocio a escala planetaria), y la narcoactividad. Los flujos de capital que estas ramas econĆ³micas inyectan a las finanzas internacionales son monumentales. En otros tĆ©rminos, las industrias de la muerte (armas para matar: la destrucciĆ³n de paĆ­ses y su posterior reconstrucciĆ³n, la fabricaciĆ³n de guerras en cualquier rincĆ³n del Tercer Mundo, o psicotrĆ³picos para envenenar y cegar vidas), son los principales negocios, los cuales se mueven con lĆ³gicas corruptas, oscuras, gansteriles.

¿QuiĆ©n controla el flujo de armas? (desde una pistola personal hasta un portaviones con energĆ­a nuclear). ¿Por quĆ© los narcotraficantes, los “malos de la pelĆ­cula”, nunca son estadounidenses? Si Estados Unidos es el principal consumidor mundial de sustancias psicoactivas, ¿por quĆ© nunca aparecen redes mafiosas de narcotrĆ”fico en su territorio? Estudios consistentes dicen que la DEA es el principal cartel de narcotrĆ”fico del mundo. Y el narcolavado es una de las actividades financieras mĆ”s “exitosas” en la actualidad. En los actuales paraĆ­sos fiscales se calcula que hay alrededor de 30-40 billones de dĆ³lares. Insistamos: el problema crucial no es que se escondan. El problema es cĆ³mo se generaron.

Todo eso, ¿no es altamente corrupto? Por otro lado, la llamada desregulaciĆ³n laboral (lĆ©ase: traslado de plantas industriales desde el Norte prĆ³spero hacia el Sur pobre), maniobra artera que busca mano de obra mĆ”s barata y exclusiĆ³n de controles fiscales y medioambientales, sin sindicatos ni manifestaciones: ¿no es una prĆ”ctica infinitamente corrupta? 

En sĆ­ntesis: el capitalismo actual se basa cada vez mĆ”s en acciones corruptas, mafiosas, infames. Los lobbies que inventan guerras para vender tanques de guerra y aviones con misiles, ¿no son corruptos? ¿Por quĆ© ahora surge esta cruzada mundial contra la corrupciĆ³n? AdemĆ”s, nĆ³tese bien, los corruptos son personajes privados, “malos” empresarios, evasores fiscales, pero nunca estadounidenses. Aunque del sistema que crea esas guerras o bota comida para no perder dinero no se habla una palabra, jamĆ”s. Curioso, ¿verdad?

Evidentemente este “espĆ­ritu democrĆ”tico” anticorrupciĆ³n cala en la moral comĆŗn. Atacar a otro por “degenerado corrupto” reconforta. ¿Por quĆ© no se ataca con similar virulencia el hambre y la explotaciĆ³n, el racismo o el patriarcado? ¿No son todos estos elementos igualmente lacras que deberĆ­an desecharse? Acusar de corrupto a otro satisface a una ramplona y morbosa moralina clasemediera. El poder sabe implementarla a su favor (vĆ©anse los casos de derrotas electorales en los paĆ­ses con gobiernos de centro-izquierda a partir del bombardeo mediĆ”tico contra la corrupciĆ³n: Brasil y Argentina, por ejemplo). ¿Por quĆ© serĆ­a corrupto NicolĆ”s Maduro o RaĆŗl Castro, y no IvĆ”n Duque o Joe Biden? ¿Por quĆ© se habla de la fortuna oculta de Putin o la de Hugo ChĆ”vez (¿existirĆ”n?) y no la de las megaempresas capitalistas?

Se especulĆ³ que el escĆ”ndalo de los PanamĆ” Papers consistiĆ³ en una maniobra para redirigir los enormes flujos financieros de los paraĆ­sos fiscales hacia Estados Unidos. Ello es posible. Lo que sĆ­ queda claro es que ambas “bombas mediĆ”ticas”: la del 2016 y la actual, en plena pandemia, son maniobras distractoras que buscan seguir posicionando la corrupciĆ³n como la peste a combatir. ¡Y no estĆ” allĆ­ el problema! Es el sistema capitalista en su conjunto el que crea la injusticia. Por tanto, no se trata de combatir la corrupciĆ³n sino al sistema.

RebeliĆ³n ha publicado este artĆ­culo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.